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Muy bien, ni yo mismo supe de dónde mierda había surgido esa idea tan absurda pero al final, había terminado diciéndolo y yo no era de los que se echaban para atrás

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Muy bien, ni yo mismo supe de dónde mierda había surgido esa idea tan absurda pero al final, había terminado diciéndolo y yo no era de los que se echaban para atrás.

¿Me gustaba Aura? No tenía la más mínima duda. Pues no solo era preciosa en más de un aspecto, sino que además, su carácter y personalidad me tenían comiendo de su maldita mano.

Sin embargo, era ese mismo carácter lo que me aseguraba que no era de las que le bastaban una buena follada o escuchar algo bonito para tenerla a tu jodida disposición y, definitivamente, yo la quería tener disponible siempre para mí, tanto a ella como a sus deliciosas curvas.

—Hmmm... —murmuró, dando media vuelta para finalmente encararme, apoyando su cálida mano sobre mi frente. —No, no hay fiebre. —arqueó una ceja, mirándome intrigada. —¿Estás drogado?

—Si tú te consideras una droga, dalo por hecho.

Ella sonrió, sujetó mi rostro entre sus manos y apretó mis mejillas, ladeando el rostro para contemplarme. Joder, en verdad que era bonita.

—En tu lista de estupideces, ésta es la más absurda que te he escuchado decir, Price.

—¿Qué? —parpadeo, parpadeo. —¿No aceptas?

—¿Y por qué lo haría?

—Bueno... Ya hemos follado.

—¿Y?

Joder ¿No bastaba con eso?

—Y... —susurré, buscando en los recuerdos de las ridículas películas que Nick me había obligado a ver, alguna opción válida. —Ya me has invitado a cenar.

—¿Te invité? ¡Tu viniste por tu cuenta!

—Baja la voz, despertarás a mi cuñado.

—Joder, cierra la boca.

Solté una pequeña risa y me aferré aún más a su cintura, inclinándome hacia ella para recortar la distancia entre nuestros rostros.

—¿No quieres ser mi novia? —insistí con voz suave, perdiéndome en el adorable brillo de su mirada. Aura enarcó una ceja.

—Yo no he dicho eso.

—Tampoco has dicho que sí.

Sonrió de lado, confundiendome aún más de lo que ya estaba.

—Eso es porque tendrás que ser paciente y esperar por mi respuesta.

—¿Qué?

Ella suspiró, pasando las manos por mis hombros antes de cruzar los brazos tras mi cuello, apegando así sus preciosas tetas contra mi torso, sabía que lo hacía a propósito.

—Tendrás que demostrarme que vales la pena, Ethan. —depositó un corto beso sobre mis labios, fijando luego su mirada en la mía. —Si quieres que sea tu novia, tendrás que convencerme de que no voy a arrepentirme después.

𝕮RIMINAL. ᴠᴏʟ. ɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora