—¿Traes lo acordado? —Preguntó mi proveedor mientras cruzaba los pies por encima de su fino escritorio de roble. Yo asentí, lanzando el fajo de dinero en su dirección. —Maravilloso, siempre es un placer hacer tratos contigo, Cat Black.
—Lo mismo digo, ahora dame el arma.
El tipo sonrió, se incorporó sobre su silla y se puso de pie para dirigirse al cuadro que colgaba a sus espaldas. En cuanto lo quitó de la pared, un panel numérico quedó al descubierto y después de introducir la clave, un clic se escuchó y la pared falsa junto a él se recorrió, dejando a la vista todo un poderoso arsenal.
—Me pregunto que tipo de trabajito harás ahora para necesitar algo como esto — Musitó Chris mientras tomaba un rifle de largo alcance y lo extendía hacia mí. Me limité a encogerme de hombros, pues, como buen mercenario, dar detalles era lo último que estaba recomendado hacer.
—Solo iré de cacería.
—Sangrienta y cruel cacería ¿O me equivoco?
Sonreí, tomé el arma y la revisé minuciosamente. Chris me observaba con curiosidad recargado contra la mesa detrás suyo mientras servía un poco de wisky en una copa, llevándosela a los labios después.
—¿Sabes? Es gracioso. Para vender estas cosas, nunca me he atrevido a usar una, pero por lo visto para ti ya es el pan de cada día.
Suspiré sin comentar nada más. No era como si tuviera que dar explicaciones sobre mis habilidades o mi gusto por las armas. Además, mis rondas no eran tan comunes como él pensaba.
Solía hacer una o dos por mes, consentirme con el dinero recaudado por ellas y después, sobrevivir a base de alcohol, cigarrillos, drogas, mujerzuelas o juegos de azar con Nick. En cuanto el dinero comenzaba a agotarse, volvía a hacer más rondas y después regresaba a lo mismo. Era un ciclo rutinario, pero del cual no pensaba salir. Después de todo, alguien que no tiene familia alguna o un apego emocional hacia las personas malgasta su vida en lo que le plazca.
—Está perfecta, nos vemos luego Chris. — Guardé el arma en un gran estuche negro y me lo eché al hombro. El tipo sonrió y levantó su copa hacia mí.
—Cuídate mucho, Cat Black.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
—¿Sabías que el orgasmo de un cerdo dura hasta 30 minutos? — Preguntó Nick mientras tomaba un trozo de tocino de su hamburguesa y lo llevaba a su boca. Yo pretendía no ponerle atención, buscaba con la mirada a Kate, a pesar de que aparentemente no había asistido a trabajar y si mi mente no fallaba, durante los últimos 3 meses, nunca había sido atendido por ella un Domingo.
Joder… Supongo que hoy descansa.
—Envidio a los cerdos — Comentó finalmente mi compañero, yo solté un suspiro y me centré en mi hamburguesa, no entendía del todo porqué, pero me sentía completamente frustrado por no verla.
ESTÁS LEYENDO
𝕮RIMINAL. ᴠᴏʟ. ɪ
Teen FictionComo asesino a sueldo, él no conocía los límites, hasta que la conoció a ella. Cada noche, Ethan Price ocupa la misma mesa de siempre en un bar de carretera. Debido a su carácter, Aura Hughes es la única mesera que se atreve a atenderlo. ¿El detalle...