𝕮RIMINAL. ᴠᴏʟ. ɪ

| O7

El día es soleado, las aves cantan en las copas de los árboles y yo me pregunto "¿Cómo puedo subir hasta allá?" El columpio continúa meciéndose conforme voy tomando más impulso y a lo lejos, mamá me sonríe, para después regresar la atención a su libro, sentada en una de las bancas del parque. 

Me gusta la forma en como el sol se refleja en su largo cabello dorado. Me gusta como la suave brisa de la tarde mece sus cabellos y estos brillan como el oro. Mi madre es una joya hermosa y sin duda, la más valiosa que podría existir.

Algunos niños juegan a la pelota, otras personas pasean a sus perros y algunos simplemente corren para estar en forma. Pero en cuanto el columpio se detiene, yo corro hacia mamá y ella me recibe con un cálido abrazo para después besar tiernamente mi cabello.

—¿Qué pasa cariño? ¿Ya te has cansado de jugar? —Pregunta con esa voz melodiosa que la caracteriza, mientras que yo asiento con la cabeza.

—Tengo hambre. 

—Entonces vayamos a casa ¿Qué quieres para cenar?

—¡Hamburguesa! —Exclamo emocionado y ella suelta una risita, tomando mi mano para así juntos caminar en dirección a nuestro hogar. 

Durante el camino, le cuento a mamá sobre lo que vimos ese día en clase. Sobre lo mucho que me gustan los dinosaurios y cuánto lamento no haber podido conocer alguno en persona. Ella se ríe y me recomienda adoptar una tortuga, emocionado acepto su propuesta.

Continuamos caminando y finalmente llegamos a casa. La puesta del sol nos alcanzó en el camino y al entrar, todo está oscuro, todo menos una habitación: La de mis padres.

Se escuchan sonidos extraños, mi madre enciende una de las lámparas de mesa y avanza con cautela, pidiendome que vaya a mi habitación. Pero me niego ¿Y si es un ladron? ¡O el monstruo del armario! No iba a dejar que se enfrentara sola a esa bestia, vencería mi miedo y la ayudaría de ser necesario.

Pero entonces, todo sucede con rapidez. 

Mamá abre la puerta, escucho a papá gritar, pero hay una voz más, una voz que no conozco, la voz de otra mujer. 

—Eric Chapman... ¡¿Qué demonios es todo esto?! —Grita mi madre y yo me paralizo en mi sitio, temeroso—Por eso actuabas tan extraño ¿Verdad? ¡Por eso nunca tenías tiempo para tu hijo!

Se escuchan murmullos que no alcanzo a identificar, no sé lo que pasa ni porqué mamá está tan molesta, lo único que sé es que papá la ha hecho llorar, de nuevo.

—Nora... Márchate, por favor —La voz de mi padre suena suave, aunque firme y después comienza una acalorada discusión con mamá.

Mientras tanto, una mujer de piel clara y cabellera oscura sale de la habitación. Su vestido apenas logra cubrir su esbelto cuerpo y al verme, sonrie con desfachatez.

—Lamento que hayas visto esto, pequeño...

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—¿Ethan? ¡Ethan! —gritó Nick a la vez que me lanzaba una almohada al rostro, despertándome así de mis tortuosos recuerdos. 

—¡Joder! —Grité aún más fuerte que él, lanzándole la almohada de regreso—¡¿Qué mierda pasa contigo?!