Como asesino a sueldo, él no conocía los límites, hasta que la conoció a ella.
Cada noche, Ethan Price ocupa la misma mesa de siempre en un bar de carretera. Debido a su carácter, Aura Hughes es la única mesera que se atreve a atenderlo. ¿El detalle...
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—¿Entonces no son novios? ¿Lo dices enserio?
Hana parecía impresionada por aquella revelación. Después de haber forjado algo parecido a una amistad con Ethan, me sorprendía que desconociera un detalle tan simple como ese.
—Lo estoy poniendo a prueba. —Respondí, terminando de decorar el pastel que había horneado para mi hermano. Aunque mi respuesta pareció avivar aún más la curiosidad de mi amiga.
—¿Poniendo a prueba? ¿Por qué?
—Porque no pienso recibir mucho menos de lo que merezco. —Suspiré, mirándola por el rabillo del ojo—. No después de lo que tuve que soportar con el idiota de Niall.
—Ugh. A ese ni me lo menciones, aún quiero golpearlo por lo del restaurante. —Suspiró—. Aunque Ethan ya se encargó de eso.
—Sí. Ofreciéndome luego como un puto trofeo.
Hana soltó una risita, acomodando un largo mechón de rizos tras su oreja.
—Bueno, ambos son idiotas. Aunque es evidente que Ethan es tu tipo de idiota.
—Tal vez... —Resoplé—. Razón de más para ponerlo a prueba antes de darle una respuesta.
—En eso tienes razón. —Cruzó los brazos sobre la isleta, esbozando una tierna sonrisa —. Y yo creyendo que tu noviazgo con Ethan era algo formal. Ya sabes, se refiere a Teddy como su cuñado.
—Lo hace para molestarme.
—¿Y te molesta? —Sonreí, tomando un poco de chocolate con mi índice para llevarlo a mi boca, alargando sobre manera el tiempo al degustarlo. Hana suspiró. —Vale, no digas nada. De todas formas tu sonrisa te delata —Miró su reloj de pulso, bajando de un salto del banquillo —. Iré a cambiarme, espero que Pat no se olvide de los obsequios.
—Recuerda que nada de regalos ostentosos.
—Yo no prometí nada. —Me mandó un beso a la distancia, apresurándose luego hacia la puerta. Sabía que ponerle limites a mi amiga era un caso perdido, pues bastaba con ver la nada discreta decoración con temática de pokémon que hizo tanto en el comedor como en la sala para saber que la palabra "sencillo" no figuraba en su vocabulario.
Ya con todo listo, era cuestión de tiempo para que la pequeña cena entre amigos comenzara. Teddy jugaba dentro de su cuarto con sus amiguitos de la escuela y, aprovechando que mi amiga se había ofrecido a ayudarme con los preparativos, me arreglé entre tiempos para la ocasión.
El vestido que elegí para esa noche era sencillo aunque no por eso dejaba de ser bonito. La tela se ajustaba perfectamente a mi silueta, resaltando mis curvas hasta culminar por debajo de mis muslos. La tonalidad azul rey contrastaba tanto con mi piel como con mi cabello, el cual opté por recogerlo en un moño apenas sujetado con una sencilla peineta.
