Como asesino a sueldo, él no conocía los límites, hasta que la conoció a ella.
Cada noche, Ethan Price ocupa la misma mesa de siempre en un bar de carretera. Debido a su carácter, Aura Hughes es la única mesera que se atreve a atenderlo. ¿El detalle...
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Desperté un poco sobresaltada ante la horrible pesadilla que acababa de tener. Sentía un inmenso nudo en la garganta y algunas lágrimas nublaron mi mirada, amenazando con emerger en cualquier momento.
Otra vez había soñado con ese tipo odioso del bar... De nuevo con sus malditos ojos verdes, de nuevo con su odiosa sonrisa burlona ¡De nuevo con él!
—Cálmate Aura... Solo fue un estúpido sueño... —Me susurré a mí misma en busca de algo de calma.
Habían transcurrido 3 días desde mi enfrentamiento con ese tipo malditamente guapo, pero a la vez desagradable.
Desde entonces no se había presentado de nuevo en el bar e inexplicablemente; su ausencia en mi lugar de trabajo lo compensaba apareciéndose en mis sueños, noche tras noche.
Mierda ¿Porqué tengo que soñar con él?
Suspiré, estiré mi brazo hacia mi buró y tomé mi celular para ver la hora. Eran las 6:13 de la mañana y, a pesar de ser sábado, tenía que levantarme temprano. Había prometido a Teddy, mi hermanito, ayudarlo con su proyecto escolar.
Pero antes de eso tengo que preparar el desayuno, lavar mi ropa, la de Teddy y hacer mi tarea de gastronomía... ¿Porqué no solo puedo cocinar y ya? ¿Quién necesita saber la historia de un estúpido queso?
Finalmente me levanté, me quité el pijama vistiéndome con ropa más cómoda y adecuada para las labores del hogar y me apresuré en dirigirme a la cocina. Teddy aún dormía así que me pareció buena idea sorprenderlo con su desayuno favorito: Hotcakes con nutella y batido de fresas.
Me encontraba mezclando la harina mientras mis pensamientos divagaban en ese extraño sueño...
Lluvia, su intensa mirada, sus labios besando mi frente, sus fuertes y varoniles brazos alrededor de mi cuerpo mientras yo me aferraba al suyo, con lágrimas en los ojos y un profundo dolor en el corazón.
¿Qué mierda? ¡Ese tipo no es más que un vándalo imbécil y grosero!
—¿Auri? ¿Son hot cakes? —Me sobresalté al escuchar a mi pequeño hermano Theodore a mis espaldas, rápidamente me giré hacia él para dedicarle la mejor de mis sonrisas.
—¡Si! con nutella como tanto te gustan, siéntate y en un momento te sirvo tu desayuno ¿Sí?
Teddy asintió.
—¿Puedo ver la televisión mientras espero?
—Claro, no tardaré mucho — Respondí mientras me inclinaba hacia él para besar su mejilla. Él sonrió y besó dulcemente la mía para después correr hacia la sala y ver sus dibujos animados.
Teddy y yo vivíamos solos desde hace 5 años. Prácticamente, habíamos escapado de nuestro antiguo hogar. Así que, ahora yo era todo lo que él tenía en el mundo, al igual que él lo era todo para mí.
