Como asesino a sueldo, él no conocía los límites, hasta que la conoció a ella.
Cada noche, Ethan Price ocupa la misma mesa de siempre en un bar de carretera. Debido a su carácter, Aura Hughes es la única mesera que se atreve a atenderlo. ¿El detalle...
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Una vez que regresamos a la ciudad, conduje hacia el edificio donde se encontraba el que sería el nuevo hogar de mi chica y mi cuñado. A decir verdad, conseguir un departamento en el centro de Manhattan a buen precio no había resultado complicado, pues, además de Lance, Nick tenía contactos en muchos rubros y los bienes raíces no eran la excepción.
Aun así, era evidente que mi novia no parecía del todo convencida con mi obsequio, pues, apenas estacioné en el parking subterráneo del lugar, noté la molestia reflejada en sus bellas facciones.
—¿De verdad seguirás sin decirme en qué demonios estás metido? —preguntó en un tono amargo, cruzando los brazos frente a su pecho —. ¿Cómo es que ganas tanto dinero?
—Haciendo negocios.
—¿De qué? ¿Drogas? ¿Armas? ¿Órganos en el mercado negro?
Suspiré, tomé su mano y la guié hacia el ascensor, indicando el piso diecinueve una vez dentro del mismo. Aura se mostraba dubitativa y quedaba en evidencia lo mucho que desconfiaba de mí, al menos cuando de hablar de dinero se trataba.
En cuanto llegamos a su piso, avanzamos en silencio por el largo pasillo que dividía algunos departamentos, visualizando a Nick de pie frente a la puerta que pertenecía al suyo. Al vernos, el asiático sonrió, levantando en el aire una pequeña tarjeta plástica.
—¡Bienvenida! —exclamó y en cuanto nos acercamos a él, se abalanzó sobre Aura para abrazarla —. Espero que te guste tu nuevo hogar.
—Ehh... Gracias.
—Hey ¿Dónde quedó la alegría por estrenar departamento?
Los labios de mi chica se apretaron hasta formar una fina línea, expulsando el aire en sus pulmones de forma brusca por la nariz.
—Nick, un departamento en este lugar es demasiado.
—¡Pero si nos lo han dado a mitad de precio!
—¿Qué? —Aura parpadeó un par de veces, enfocando luego sus azules en mí —¿De verdad?
—Hay gente que nos debe favores —dije sin más, encogiéndome de hombros —. Así que deja de ser tan orgullosa y acepta mi regalo. Después de todo, eres mi novia ¿No?
—S-sí, pero...
—Hey, esperen un momento —Intervino Nick, intercalando su mirada entre nosotros —. ¿Ya son novios?
Aura asintió, mientras yo desviaba la mirada avergonzado. ¿Por qué algo como aquello tenía que hacerme sentir de esa manera?
—¡Santos bacalaos! ¡Eso es genial! —exclamó Nick eufórico, abalanzándose hacia nosotros para abrazarnos a la vez —. ¡Al fin mi ship se hizo realidad!
Frustrado, rodé los ojos mientras Aura soltaba una tierna risita. Definitivamente, verla sonreír era como un bálsamo para mi alma, al punto de ahuyentar cualquier angustia y devolverme un poco de calma.
