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Muy bien, si Aura quería unos tragos, yo conocía el sitio idóneo para ello

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Muy bien, si Aura quería unos tragos, yo conocía el sitio idóneo para ello.

Luego de conducir por casi una hora por las abarrotadas calles de New York, finalmente llegamos al Hunts Point, vecindario en el cual solía proveerme de todas aquellas cosas que necesitaba. Desde armas para mis rondas, algunas drogas y muchas veces, prostitutas.

Aparqué en el pequeño estacionamiento de un concurrido bar en el cual Nick y yo solíamos embriagarnos los fines de semana y me bastó con ver diversas motocicletas aparcadas alrededor del mismo para saber qué escenario nos esperaba.

Apresurado, bajé del auto y lo rodee, abriendo la puerta de copiloto para ayudar a mi chica a descender. Aura lucía pensativa, aunque, una vez que entramos al bar, su mirada se mantuvo expectante a todo lo que sucedía a nuestro alrededor.

Música country sonaba en la vieja rockola del lugar, mientras el sonido de las risas, silbidos y el chocar de botellas terminaban por ambientar el sitio. Muchas de las mesas estaban ocupadas por viejos motoristas que contaban sus anécdotas de carretera a algunas prostitutas que, fingiendo interés, les ofrecían cada vez más cerveza en espera de poder obtener el doble de lo que cobraban por un servicio.

Otras sin embargo, parecían haber comenzado a atender las necesidades sexuales de los mismos.

Apenas avanzamos algunos pasos cuando el hedor a nicotina, alcohol, marihuana y sudor nos envolvió. Por mi parte, aquel coctel de aromas no representaba ningún problema para mi olfato, sin embargo, a Aura parecía superarla ya que, de inmediato, cubrió su nariz y boca con su mano, mientras con la otra se aferraba a mi brazo.

—¿Enserio no se te ocurrió un mejor lugar para ir a beber? —preguntó visiblemente molesta. Yo me encogí de hombros, ofreciendole asiento en una de las mesas más discretas del bar.

—El tequila de este sitio es delicioso.

—¿Tequila? —enarcó una ceja, cruzándo los brazos bajo sus preciosas tetas. —Creí que beberíamos cerveza.

—Necesitas aventurarte un poco más, bonita. —saqué un cigarrillo y lo encendí, dando una profunda calada al mismo.  —Probar cosas nuevas.

—Bueno... A decir verdad, nunca he bebido tequila antes, así que...

—¡Ethan! —exclamó una sensual voz femenina y, antes de poder localizar a la dueña de ésta, unos brazos se aferraron a mi cuello y un par de grandes tetas se aplastaron de forma sugerente contra mi espalda. —¿En dónde diablos te habías metido? ¿Eh? ¡Me tenías preocupada!

—Linda. —susurré, virando el rostro para encontrarme así con los brillantes ojos verdes de mi tatuadora, quien mimosa, depositó un corto beso en mis labios. —He estado ocupado, muñeca. —fue entonces que regresé la mirada hacia Aura, quien contemplaba con asombro a mi conocida.

—¿Ocupado? —la castaña arqueó una ceja, siguiendo el trayecto de mi mirada—Oh... ¡Hola! —saludó efusiva, liberándome de su abrazo para dirigirse hacia mi chica.—¿Y tu eres...?

𝕮RIMINAL. ᴠᴏʟ. ɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora