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No entendía como, pero estaba de nuevo metido hasta el cuello en un pantano lleno de mierda

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No entendía como, pero estaba de nuevo metido hasta el cuello en un pantano lleno de mierda. 

Después de haber intentado negociar un precio justo y razonable por la vida de un miserable agente de seguros, había terminado por presionar el puto gatillo antes de tiempo; quedándome con una cantidad de dinero mucho menor a la esperada y para colmo, follando con una estúpida viuda resentida que tenía de inteligencia lo que yo tenía de paciencia. 

— Si te quedas un poco más de tiempo...  Puedo darte la cantidad que pides... — Susurró la mujer desnuda a mis espaldas. Para estar en sus cuarentas, estaba buena, tenía que reconocerlo; pero había encontrado más placer al acariciar mi beretta en el auto justo antes de cometer aquel asesinato, que entre las piernas de esa Milf y joder, comenzaba a entender las razones que su ahora difunto esposo había tenido para serle infiel. Era una mujer desesperante.

No te mueves lo suficiente linda, no vale la pena prostituirme por un puto centavo más.

—Tengo cosas mejores que hacer — Dije con firmeza mientras terminaba de atarme las agujetas de las botas para después, ponerme de pie, tomar mis llaves y el maletín con mí no tan jugosa recompensa.

—Pero... 

—Si necesitas algún otro trabajo sucio, ya sabes cómo contactarme — Guiñé un ojo hacia ella y sin esperar a escuchar su respuesta, salí de aquel deprimente apartamento. 

Bajé las escaleras a trote acelerado y en cuanto llegué a la acera frente a la cual tenía aparcado a mi bebé me encerré en él. Un Mustang boss 302, recién adquirido de un drogadicto que necesitaba más cocaína en el cuerpo que una preciosura en la cual moverse.

—Bien Price, otro trabajo más realizado con éxito. 

Susurré a la vez que me dejaba caer contra el respaldo del asiento. Saqué un cigarrillo del paquete que llevaba oculto en la guantera y lo encendí mientras me quedaba allí, meditando en la penumbra de la noche, relajándome después de uno de los peores polvos que había tenido en lo que iba del mes. 

A mis 28 años, mi vida se basaba en eso. Follar, fumar, matar, robar, mentir, traicionar y cobrar cifras con muchos ceros de por medio a cambio.  

A excepción de esta última... Sólo 25,000 dólares, Que puto fraude. 

Suspiré, encendí el motor del auto y me dirigí de regreso a casa, el viaje sería aproximadamente de una o dos horas, dependiendo del tráfico. Sin embargo, después de lo fácil que había resultado ese último "encargo" el conducir en carretera a las casi 11 de la noche sería sin duda lo más complicado de aquel trabajo. Después de todo, no solía aceptar rondas en mi zona. Si querían que yo me hiciera cargo del trabajo sucio, tenían que ser fuera de Brooklyn, de New York e incluso, en varias ocasiones, del país. 

Conecté mi celular al estéreo del auto y dejé que "Weep" me acompañara durante mi viaje. La música era un gran escape cuando de tensión o estrés se trataba, aunque en ese momento era la frustración lo que me abrumaba.

𝕮RIMINAL. ᴠᴏʟ. ɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora