Capitulo 10

59 8 0
                                    


Mientras caminábamos sin decir nada. Desvié la mirada hacia una pulsera que llevaba puesta en su muñeca. Al concentrarme, me fijé en una cicatriz que yacía de ella, no la había visto antes, ¿Acaso empezó a autolesionarse?, aquella cicatriz resaltaba en su blanca piel.

Al parecer, Lisa se dio cuenta que la observaba, porque escondió su mano detrás de su espalda, haciendo que pierda contacto visual con esta. Busqué sus ojos y la miré confundida.

Su rostro estaba tenso y sus pupilas dilatadas.

Me preocupé ante la simple idea de Lisa haciéndose daño. No creía que fuera capaz de hacerlo.

— Ya llegamos, entra— Me miró

— No voy a entrar.

Posiblemente no quería entrar porque temía a que le preguntase sobre la marca en su muñeca.

— Lisa... No te metas en problemas— Dije cautelosa, está demasiado rara desde que fue a la oficina del director.

— Da igual, de todos modos, yo ya soy un caso perdido— Se encogió los hombros. Por alguna razón, el que se hubiese llamado así misma de tal forma, me hiso sentir triste. No debía tener esos pensamientos sobre ella—. Anda, entra, tu madre se preocupará, es tarde.

— Bien— Le hice caso e ingresé a mi casa.

— Kim...— Musitó cuando ya me encontraba en casa.


Ya estando en casa mi mamá lucia enojada.

— Kim Jennie: Estoy esperando una explicación— Demandó enojada con mucha autoridad.

Mi nombre completo. Bien, siempre que usaba ese tono de voz junto a mi nombre completo es que el asunto iba en serio.

— Me tarde un poco— Fue lo único que dije en tono bajo recibiendo una mirada de desaprobación por parte suya.

— Jennie— Mi madre reprendió con poca paciencia.

La estaba sacando de sus casillas. La mujer amable había desaparecido. Tenía mucho temperamento y la perseverancia era algo que nunca perdía en medio de una discusión, fuese cualquier tema o conflicto.

— Lo siento mucho, ¿sí? — Me arrepentí

Y no mentía... O tal vez algo.

— Eso no basta Jennie— Suspiró relamiendo sus labios—. Sabes perfectamente que no me gusta eso.

— Estuve leyendo— Me excusé.

— No estoy hablando sobre por qué llegaste tarde Jennie.

— ¿Entonces? — Pregunté.

— Hoy mientras revisaba tu laptop para hacer un trabajo porque la mía no funcionaba. La abrí y estaba prendida, había una pestaña abierta, vi mensajes extraños entre tú y Rosé. ¿Ustedes están saliendo? — Su mirada era fulminante y enojada.

— Y-yo...— Sentí mis mejillas arder y muchos nervios que hasta mis manos sudaban.

¿Qué le respondo?

Me puse a pensar en excusas creíbles, sé muy bien que a ella no le gusta, es cristiana. Apreté los puños para contener los nervios que me invadían.

— Sigo esperando tu respuesta Kim Jennie— Demandó con poca paciencia

— Sí, mamá— No tuve más opción que decir la verdad, en cualquier momento lo sabría, tarde o temprano, aunque prefería que fuera más tarde que temprano.

Caminos diferentes [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora