Capítulo 11

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Jennie


— Vale— Mire a todos lados.

La mayoría de personas que intentaban entablar una plática conmigo, solo lo hacían porque era cercana a ella, pues sabían que estaba soltera.

Interesadxs tenían escrito en la frente.

— Como sea...— Lisa inició dejando la frase en el aire y miró hacia el frente pensativa, volvió a mí y retomó su habla— ¿Qué tan cercana eres a Rosé?

Excelente pregunta, recordé que mi madre me habló sobre eso, de hecho lo sabe, pero creo que ya se le olvidó.

Me miró, ella estaba interesada en saber.

— ¿Qué tan cercana eres a ella? ¿Son familia? ¿Hija de alguna de las amigas de tu madre?— Preguntó

— No te lo diré...

— Idiota— susurró

— ¿Ella o yo? — Pregunté, no estaba segura de a quien se refirió.

Me miró divertida.

— Las dos.

— ¿Sabes? Tus cambios de humor me asustan y no tengo ganas de descifrarte— respondí.

Lo decía en serio, hace unos minutos andaba de mal humor reclamándome la razón por haberme sentado a su lado y ahora me miraba divertida, como si lo mío con Rose fuese broma.

— ¿Descifrarme?, ¿Qué?, ¿Acaso soy un código binario?

— No, solo lo pareces— inquirí.

Después de eso, ya nadie pronuncio nada. Era temprano, faltaban 15 minutos para las clases. Me desperté muy temprano y moría de sueño. Miré a la rubia quien se encontraba garabateando su libreta nuevamente.

— ¿Por qué ahora estas llegando temprano? — pregunté, ella me miró y cerro su libreta.

— Preguntas mucho, Kim.

— Ese es un...— Me detuve a pensar en la palabra correcta para definirla.

— Y también hablas mucho conmigo, al principio pensé que eras muda— chistó.

— ¡Eres una grosera! — exclamé.

— Que delicada—rio—. Me retracto. Si lo fueras, no llegarías con una mancha de pasta dental en tu blusa a la universidad.

— Solo fue una vez y...

— ¡Joder, créeme! Me he dado cuenta, no ha sido solo una vez— interrumpió

— ¿Cómo sabes eso tú? — demandé

Me daba miedo que supiera cosas de mí, sobre todo los pequeños detalles que la mayoría de personas no solían fijarse, ni Rosé.

Ella solo encogió los hombros restándole importancia.


Luego de que las clases terminaran, me alejé de ella, me dirigí al sitio donde siempre frecuentaba cuando quería estar sola, me quedé dormida alrededor de 1 hora ahí.


— Todo es tan aburrido ¿No crees? — Se sentó a mi lado, al oír su vos desperté rápidamente. Voltee hacia ella y no sé cómo ni en qué momento, pero ya tenía entre sus rosados labios un cigarrillo.

— Si...— musité mirando hacia el cielo.

— ¿Quieres? — Me ofreció un cigarrillo, a lo que yo negué.

Caminos diferentes [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora