Capítulo 33

48 6 0
                                    


Jennie


Los dedos de Lisa rozaban mi mano, haciendo de aquel intencional, cortando la pequeña brecha entre ellas, las entrelazó. En su otra mano llevaba un cigarrillo, dando pausadas caladas para expulsar después el humo. No me gustaba el olor, pero cuando el humo se combinaba con su perfume me resultaba de alguna forma maravillosa.

— Pareces chimenea —comenté meciendo nuestras manos.

— Y te encanta —sonrió de lado.

— Narcisista —ataqué.

— Lenta. —Se acercó hasta mí oreja y la atrapó entre sus dientes causando que diera un gélido gruñido.

— No hagas eso, me da cosquillas —reprendí, pero ella no me hizo caso —. ¡Lisa!

Se alejó de mí y por un instante creí que se daba por vencida, pero me equivoqué, aún con nuestras manos entrelazadas, me jaló hasta su cuerpo, con su otro brazo me abrazó enterrando mi cabeza en su pecho, dejó un pequeño beso allí. Hacía cosquillas y enviaba pequeñas sensaciones a través de todo mi cuerpo, estaba erizando mi piel, dio una pequeña risa y mordió mi lóbulo.

— Ya detente —jadee, pero ella seguía sin obedecer—. Lili...

Al instante que dije aquello, se separó de mí, me miró con el ceño fruncido y torció los labios.

— Ni se te ocurra —advirtió—. Suficiente tengo con el idiota de mi primo llamando y enviándome mensajes las veinticuatro horas diciéndome así para que lo hagas tú también.

— Lili suena a nombre de gato —confesé—. ¿Por qué te dice así?

— Es una larga historia —gruñó.

Se quedó en silencio durante unos segundos para después soltar una carcajada.

— ¿Qué es divertido?

— Hyuk lo es —respondió—. Siendo honesta, he pasado gran parte de mi infancia junto a él, es mi único primo y lo quiero a pesar de todo — admitió alejándose de mí—. Puede ser muy cínico y duro, pero es un gran chico, quizá juega con los sentimientos de los chicos y chicas, aunque tiene sus razones, es por eso dejo que haga de su vida una mierda. Sin embargo, lo defiendo de cualquier cabrón o cabrona.

Antes de que pudiese pensarlo dos veces, la pregunta salió de mi boca.

— ¿Es por eso que nunca le dijiste a Rosé que la engañaba?

Mierda.

— Con que ya lo sabes... vaya.

— No como yo esperaba, pero sí, lo sé.

— Pues sí, preferí no decirle a Rosé porque Hyuk me lo suplicó. —Dio un suspiro—. Él siempre me ha ayudado en lo que puede, por eso me vi con la obligación de callarme.

— Entiendo...

— No, no entiendes, amor.

— ¿Por qué lo dices?

— Porque los sentimientos que se sienten en cada tipo de relación son diferentes, y los míos con Hyuk no se comparan al de nosotras. Este último es más fuerte.

Sonreí.

Lisa tomó una última calada para tirar la colilla al suelo y aplastarla, seguido, palpó sus bolsillos y sacó una pequeña bolsa. Supe que era al ver el polvo blanco dentro de ella.

— Si sigues así, te matará —sentencié.

No mencionó nada, solo me regaló una curvatura de labios. Se burlaba.

Caminos diferentes [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora