Capítulo 29

46 8 1
                                    


Jennie


La escasa lluvia se hacía cada vez más densa, tenía la impresión de que en cualquier momento se iría la luz, aunque en ese momento nada me preocupaba, aún el sol estaba, escondido entre las nubes grises, pero seguía allí.

Pasé la manga de mi sudadera por mi nariz, la brecha de la ventana estaba abierta aportando un poco del aire fresco que había afuera hacia adentro de la casa, mis pies descalzos tocaban el frío suelo, debía preocuparme que podría enfermarme, sin embargo, no lo hacía, mi mente seguía entre los vagos recuerdos que no querían alejarse, me seguían torturando.

Mamá no llegaría hasta muy tarde, había tenido un problema con su jefe, según él decía que se estaba perdiendo el control con algunos pacientes, no eran asuntos de ella, pero por tener una gran equidad decidió aportar su ayuda y dejarme sola, aunque estaba bien, no quería que me viera en tal estado, ojos rojos, hinchados, voz ronca y sacudidas de nariz.

Una imagen demasiado fatal y preocupante para ella.

Era sábado, ya había pasado más de una semana de lo ocurrido con esa fotografía y se sentía como el mismísimo infierno porque aún no lo pasaban por alto, aunque hoy, podía descansar de las miradas y susurros por toda la universidad, no sabía nada de Lisa.

El día en que me vino a dejar solo me bajé y le pedí que me dejara sola, lo hizo sin rechistar, tuve mucho tiempo para pensar con tranquilidad, sin que nadie me estropeara mis pensamientos, analicé le cosas y llegué a la conclusión de alejarme de Lisa, mientras se calmaban las cosas, seguir a su lado me traían muchas consecuencias, ella ya tenía demasiados problemas para agregarle otro, y yo, era lo demasiado débil ante todos ellos.

Algo me decía que Lisa sabía sobre aquella fotografía, puesto que la noche anterior me había pedido que terminase con Rosé, aunque no quería sacar conclusiones, no quería echarle culpa, porque era de ambas.

Pero sobre todo mía.

No tenía ganas de siquiera que se me acercara y sí, repetía, ella no tenía toda la culpa, pero mayormente las ofensas iban dirigidas hacia mí, ya que había dañado a la indefensa cantante, y era lo peor, porque Jisoo estaba con ella, y eso equivalía a todos los chicos y chicas de la universidad en contra mía.

No entré a las clases con la profesora Lia, no me acercaba a las gradas —cabía mencionar que por Jisoo, Rosé y Lisa—, ni siquiera comía en la cafetería, trataba de llegar tarde a las clases e irme lo más temprano que pudiera. Y aunque Lisa intentó acercarse a mí solo le pedí que se alejara por ahora.

Me dolía. Pero era por el bien de las dos. Lo era. Maldecía varias veces el día que Lisa se empezó a acercar a mí y yo a ella, si no hubiese sido por eso, yo no sabría ni me interesaría la existencia de Lalisa Manobal. Y estaría bien con eso.

De las personas que no me habían dejado, era solamente Tae, el cual me seguía hablando, él juraba creerme, realmente el chico era muy comprensivo. Se había discutido con Jisoo sobre el tema, no le tenía miedo aunque fuera el capitán de su grupo y realmente valoraba mucho eso por parte de él, por ahora era mi único hombro en el cual llorar.

Unos toques en la puerta principal hicieron que mi concentración ahora se dirigiera hacia ello. Con duda entre mis pensamientos y mi propio cuerpo, avancé. Mi mano hizo contacto con el frío metal del pomo de la puerta haciendo que diera un respingo, cuando la abrí, pude ver a la persona del otro lado. Mis sentidos se despertaron alarmándose de una manera abrupta.

Lisa rápidamente entró sin mi permiso y se apoyó contra la pared, estaba temblando al grado de que sus dientes sonaran. Su ropa estaba completamente empapada, y su piel de un tono muy pálido que creí que desaparecería en cualquier instante. Sus piernas se flexionaron causando que cayera al suelo abrazándose a sí misma.

Caminos diferentes [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora