Capítulo 12

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Jennie


Al principio creía que al estar con Lisa no presenciaría demasiado verla fumar, quizás porque se sintiese incomodo o al menos tendría un poco de respeto hacia mi persona pero, claramente, me equivoqué. Ella lo hacía cada vez que tenía tiempo o cuando nadie la veía.

Me encontraba ahí, en el césped, junto a ella.

No me quería quejar, pero bien podría irme a casa sin tener que soportar más el olor de eso y su actitud tan irritable. No lo hice. Quería seguir allí hasta que pudiese comprender un poco de lo que habitaba en ella.

— Esta mierda ya no sabe igual— Lisa se quejó tirando el pequeño rollo blanco al suelo y aplastarlo con su zapato, volviendo su vista al frente sin interés alguno—. Me jode.

— Entonces, ¿Por qué lo sigues consumiendo? — La miré con los ojos entrecerrados, sin entender sus palabras ni sus acciones.

— Su efecto es maravilloso— jugueteó.

Llamó mi atención el hecho de que lo haya dicho sin esbozar una sonrisa, como si sus pensamientos estuviesen fuera de lugar o lejos de la conversación en la que nos sosteníamos.

Decidí no responderle y mirar al frente. Repitiendo mi pensamiento que se presentó algunos minutos atrás, tal vez podía admitir que me agrada la compañía de la chica de algún modo, me encanta. 

Ella me denominaba como su chicle, aún no lograba entender a que se refinería exactamente cuando me denominaba como eso.

Ya había pasado meses que nos hablábamos, seguía sin saber nada de ella, simplemente hablaba y se quejaba de todo lo que odiaba. Si alguien era bueno para quejarse, esa era ella.

— ¿A qué hora iras a tu casa? — De repente preguntó, sacándome de mi burbuja y obligándome a mirarla.

— ¿Por qué? — soné confundida.

— Me tengo que ir— Se levanto rápidamente, y se fue corriendo sin darme tiempo de quejarme.

Bufé cansada, frustrada y enojada, entre sus derivados. Me puse de pie perezosamente, dirigiéndome a casa. Probablemente mamá estaría enojada. De acuerdo, realmente no me preocupaba.


Unas cuadras antes de llegar a casa, en un cruce de calles, caminé apurada y sin querer choqué con alguien. El choque fue ligero, tanto que solo me quede a una distancia corta de aquella persona, la cual no se movió y se quedó delante de mí.

— Umh, lo siento— me disculpé alzando la mirada.

Sentí mi boca secarse al momento que mi corazón se detenía en un microscopio de tiempo para luego latir por la impresión que me dio.

— No te preocupes, Jen.

Tragué saliva dificultosamente al oír la suave voz como el terciopelo de Ho yeon, sin poder evitar sentir mis mejillas arder de la vergüenza. Sus ojos miel conectaron con los míos, fueron segundos que creí horas.

— Quería preguntarte algo— mencionó nerviosa, rascando su nuca junto a una mueca apenada.

— ¿Qué cosa? — hablé tímida.

— Si querías ir por un helado, ¿O iras a tu casa? — En su rostro se formó una fina sonrisa.

«Esto no podía ser real. Ella me está invitando, después de tanto tiempo que paso sin que nadie lo haga»

Sentía una pequeña mujercita bailando en mi estómago de la alegría que me llenaba. Se me hacía drástico ver cómo Saebyeok se fijó en mi existencia un día y al otro me invitaba a salir. No sabía si realmente se había dado cuenta de mi presencia unos días antes. Anduve por ahí con Lisa y Jisoo, era del grupo, es un claro ejemplo de que obviamente si sabía de mí, incluyendo lo del beso... y de la pequeña ¿Discusión? Que tuvimos, pues, estaba claro que estaba interesada en formar una relación de amistad conmigo.

Caminos diferentes [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora