14 | Smoothie

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Cruzo el umbral del baño a la habitación, terminando de sostener mi cabello con una pinza. Archie termina de amarrarse las agujetas de los zapatos, lanzándome una mirada ansiosa y se levanta de mi cama. Tira de mi muñeca y me apega a él para envolverme con sus atléticos brazos. Se apodera de mis labios, permaneciendo dulce y efímero tan solo unos instantes. Le devuelvo la misma potencia mientras hago un puño en su camisa.

—Benedict ya está abajo esperándome —anuncia cuando finalizamos el potente beso—. No iré a la universidad hoy.

—Sería de locos si tienes la cabeza a nada de explotar —ahogo una risa—. Te veo luego.

—Esta misma noche, ¿puede ser?

Elevo mis hombros, fingiendo indecisión —Tengo una agenda un poco ocupada...

—No te pregunté eso.

Desencadeno una carcajada. Lo guío a la salida y terminamos el maratón de besos en la puerta.

—Te estaré esperando en la entrada del edificio para cuando salgas de la universidad —parece no querer separarse de mí.

—Aún no te he confirmado nada —bromeo junto a una maliciosa sonrisa que él besa con el propósito de separarse.

—Hasta luego bajita —presiona el botón del ascensor y me tira una última sonrisa para cuando las puertas se cierran, separándonos después de la noche alocada que tuvimos. Adjuntando el mañanero... Creo que ambos estamos de buen humor.

Me adentro a mis aposentos para por fin prepararme el desayuno. En mi camino me encuentro con mi mejor amiga que salió recientemente de la ducha matutina y estaba envuelta en un albornoz azulado que le regaló Lis en navidad, junto con unas pantuflas rositas y aguacate restregado en el rostro. Francamente parecía la típica escena de mamá sobreprotectora saliendo del spa.

—¿Ya se fue? —Arquea una ceja con reproche. Afirmo con la cabeza—. Estupendo.

Nos dirigimos juntas a la cocina para preparar el desayuno mientras estamos a la espera de Lis, quien no tarda mucho en aparecer en nuestra puerta a los pocos minutos. Preparo mi famoso té de manzanilla para calentarme debido al frío mientras ellas conversan.

—¿Alguien va a explicarme por qué Archie salía del edificio? —Inquiere la pelirroja. Abby me tira una mirada de sospecha y entrecierra ambos ojos.

—Pregúntale a Miss Ruidosa.

Lis suelta una carcajada: —No creo que sea peor que la novia de mi hermana. Anoche tuve que dormir con audífonos.

—¿Por qué simplemente les pides que pongan música alta para que te dejen dormir? —sugerí dando soluciones.

Lis agradece por la sugerencia y Abby anuncia que terminará de arreglarse para ir a la universidad. Mientras yo me dirijo a mi habitación con mi mejor amiga detrás de mí, quien me conversa sobre su nuevo novio y de lo bien que se la pasaron ayer por la noche.

—Debiste haber venido, Dev —tuerce la boca en un puchero y luego me señala con el dedo índice y pone voz amenazante—, ¡a partir de ahora no quiero que rechaces ningún plan que se te ofrezca!

Solté una risita, aceptando su regaño. Ya listas las tres nos destinamos hasta la universidad para continuar con este miércoles aburrido. En mi cabeza rondan varios momentos e ilusiones de yo y Archie la noche anterior. No pude evitar pensar en lo que se vendría de aquí en adelante. Muchas cosas pueden suceder, pero también quiero tener la garantía de que esta vez sí funcionaremos, sí nos arriesgaremos y sí duraremos.

No estaba dispuesta a volver a perder a Archie.

Mucho más de él ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora