19 | Azul y fresa

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Exclamo una grosería cuando mi teléfono se resbala de mis manos y Archie detiene sus dedos en mi interior. Saca la mano de mi vestido y se encarga de tomarlo y volverlo a poner en la guantera de la Jeep. Ignora la situación y vuelve a besarme los labios con cierto aire de ambición, motivándome a que haga presión en su cabello regresándole la potencia placentera.

Estábamos en frente de la entrada de mi casa y teníamos que habernos bajado hace al menos diez minutos. Pero a él le pareció una mejor idea meterme los dedos en las bragas. De fondo, se escucha el tono de llamada de mi celular, aunque ninguno de los dos le prestó la atención que se debía. La succión de sus labios es cada vez más adictiva y agresiva, contando con el paraíso que estaba haciendo allá abajo. Se aleja bufando cuando es ahora su teléfono el que interrumpe el momento.

—¿Qué demonios quieres? —exclama con la respiración agitada—... No me da la gana... Eres un grano en el culo, Abby.

—Será mejor que entremos —susurro acomodando mi vestido. Archie rueda los ojos y le cuelga—. ¿Andarás un rato por aquí?

—No tengo otra cosa que hacer, además... —se me vuelve a acercar con ese aire de picardía—, cada minuto contigo es glorioso.

Bajamos de la camioneta luego de otra ronda de besos más. Avanzó hasta el ascensor, sé perfectamente por qué Abby tenía el capricho de que llegara rápido a casa. No dudo en que seguramente me compró un pastel para festejar mi «día especial» como lo había prometido ayer, después de todo está acostumbrada a festejarlo todo. Adentro la llave al pomo de la puerta de mi apartamento y...

—¡Sorpresa! —festejan nuestros amigos parados en la entrada con un pastel y dos velas. Un decorado de fresas sencillo y letras con glaseado azul que relatan el clásico feliz cumpleaños y arrugo la ceja con los nombres—. ¡Feliz cumpleaños Archie y Deva!

Inmediatamente me giro al chico a mi lado y reparo en su misma expresión de confusión.

—¿Cumples años hoy?

—¿Tú cumples años hoy? —Cuestiono yo.

Una sonrisa se me forma al pensar que habíamos nacido el mismo día y él tira de sus labios antes de tomarme la cintura y besarme de nuevo, pero esta vez, con más vehemencia.

—¡Awwww! —escucho a Lisa.

—¿Ya van a soplar la vela? —se impacienta Benedict—. Mi abuela fue la que hizo el pastel.

Me separo antes de soplar mi vela y Archie se lame la yema de los dedos para apagar la suya. Nuestros amigos estallan en aplausos y noto como todos se dedicaron a esto. Pasamos al salón en donde veo un par de bolsas de regalo y Valentina se encarga de poner la música alta.

Se me acerca con una sonrisa —¡Feliz cumpleaños, Dev! —abraza mis hombros y su fragancia de rosas funde mis fosas nasales—. Cuéntame... ¿ya es oficial?

Arquea la ceja dirigiéndose a mi relación con Archie. Balbuceo antes de dedicarle una mirada y recapacitar en ese detalle que ambos nos saltamos por haber andado pendientes de arrancarnos la ropa y no de al menos ponernos un título.

—Pues... Todavía no me lo preguntó...

—Seguramente lo hará. Se nota que lo traes enamorado hasta los huesos.

Aprieto los labios. Desde siempre he notado que Valentina era alguien analista, por ello siempre hablaba tan poco. Pero tenía un bello corazón y un estilo rosa demasiado deslumbrante. Junto con un carisma social y agradable, siempre estaba para los demás y ni hablar de cómo fue que nos conocimos. Siempre estaré en deuda con ella por ese acto y la valoro mucho. No me impresionaría que fuese bruja o algo por el estilo, pero mayormente tiene razón en muchas cosas.

Mucho más de él ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora