Trueno los tacones en el pasillo y de inmediato escucho los gemidos de asombro por parte de mis amigas. Engancho mi sonrisa abierta demostrando lo feliz que me hacía verme tan bien para una noche especial.
—¡Dios, Dios, Dios! —repite Valentina con la mano en la boca.
Abby ladea la cabeza con una sonrisa y su ceja ladeada —¡Una princesa en su totalidad!
—¡Demasiado exquisita como para creer que esto es verdad!
Ante los elogios que me prestan, no puedo evitar pasearme hasta el espejo de la esquina en nuestro salón. El vestido negro se ceñía en mi abdomen y mis muslos, delatando mi armoniosa figura y con un escote que me marcaba el busto. No quería ir atrevida en la primera cena con la familia de Archie, aunque Abby haya insistido en que ellos no le darían mucho cálculo a lo que use. Hacía ya mucho que me estaba empezando a acostumbrar a las telas ajustadas y se sentía bien presumir mi cuerpo, pero seguía temiendo por parecer provocadora.
Echo un resoplo en lo que tomo mi cartera y cuelgo el abrigo en mis hombros.
—¿Te sientes lista?
—Eso creo...
—No digas «creo» —Lisa me toma los hombros—, asegúrate de estarlo.
Sonrío ante su consejo amable de confianza y acaricio su agarre.
—Sí, estoy lista.
Deja un beso cálido en mi mejilla después de regalarme su más hermosa sonrisa. Me muevo hacia la puerta escuchando sus ánimos y consejos de fondo. Me despido con la mano recibiendo el tiro de besos en el aire que atrapo antes de cerrar la puerta de mi apartamento. Llego al inicio de mi urbanización y capto el silbido de lejos que me regala el chico recostado de su Mercedes.
—¿Pero qué es...? —me repara de arriba abajo un centenar de veces, separándose de su vehículo para acercarse cautelosamente a mí—. Esto no me puede estar pasando.
—¿Qué? ¿No te gusta?
Abre la boca con indignación como si lo hubiese insultado.
—Acabo de desbloquearme la más maravillosa fantasía de follarte con ese vestido puesto —se apresura a rodearme la cintura, prendiéndose de mis labios que le da rienda a la desesperación como si no me hubiese besado de todas las maneras posibles durante dos días seguidos, horas seguidas—. Preciosa, creo que voy a enloquecer...
Sus labios buscan mi cuello y...
—Vamos a llegar tarde —nos separo antes de que me abra de piernas ahí mismo—. No quisiera ser impuntual en la primera cena.
Archie rueda los ojos.
—Mi papá solo intentaba intimidar —reprenda—; créeme que seremos los primeros en llegar. Todo Harrinson llega tarde solo para hacer la competencia de quien hace mejor entrada.
Abordo el asiento que me ofrece abriéndome la puerta y en el encierro de su deportivo se me inundan las fosas nasales de su fragancia masculina. Una sonrisa se me asoma a los labios y volteo a apreciar su perfil. Tenía un traje con una camisa blanca y chaqueta negra. El reloj plateado le decora la muñeca y el hecho de bajar la vista por sus piernas me hace rememorar las veces que lo he montado en esa posición. Los pezones se me endurecen y aparto la cabeza buscando distracción en el paisaje de la ciudad.
Hace seis meses no me creería que estaba de camino a cenar con la familia del chico más atractivo, rico y cautivador de Estados Unidos. Analizar nuestra cercanía después de todo es como ponerme a analizar el más complejo problema de matemáticas, que sin problemas alguna, pude resolver.
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Mucho más de él ©
Novela JuvenilDeva tiene un peligroso talento llamado curiosidad. Sin importarle los avisos, siempre logra cruzar la valla de lo prohibido. Se enfrentó a vivir en Oxford, arriesgando su perfecta educación para independizarse y vivir a lo extremo junto a las perso...