Capítulo 29

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Jennie volvería a su casa, llevaba dos días en ese maldito hotel y no lo soportaba. Necesitaba su cama, su bonita cama, no le gustaba para nada aquel lugar. Cerró la puerta de la habitación con su mochila colgando de su hombro. Después de todo, en algún momento tenía que volver, no tenía la suficiente ropa como para vivir fuera de su casa.

Encendió el auto y dio una vuelta en ‘U’ para volver a la carretera y llegar hacia el centro de Londres.

Llevaba tres horas andando por la ruta y se había perdido de nuevo. Era un completo desastre, no llamaría de nuevo a Roseanne. Jennie no le haría pensar que ella era siempre su salvavidas… Así que, cuando encontró una estación de servicio paró y preguntó por donde tenía que ir, estaba yendo en dirección contraria hacia dónde es el centro de la ciudad. Volvió a entrar al coche y golpeó el volante con fuerza pero se terminó lastimando ella misma, la mano se le ponía roja con el paso de los segundos e iba maldiciendo en voz baja. Le dolía.

Habían pasado dos horas más, se habían convertido las ocho de la noche cuando paró el auto enfrente de su casa. Prendió su celular y tenía mensajes, llamadas, mensajes de voz de su padre, Lisa y Roseanne; abrió el solamente el de la ojioscura: Roseanne le preguntaba cómo estaba y que si necesitaba algo que la llamara sin importar la hora. Sonrió al verlo y apagó el aparato de nuevo.

Bajó del coche con la mochila en el hombro, sentía una presión en el pecho, se sentía completamente nerviosa. Su padre estaba en casa porque se notaban las luces prendidas, su estómago se revolvió del pánico que tenía. No quería verle la cara, en esos momentos, no lo quería… Por más que quisiera decir que lo odiaba, no podía.

Oh vamos, era su padre y el odio era un sentimiento demasiado grande así como el amor, imposibles de identificarlos a tan solo días.

Caminó, subió los pequeños escalones y ya estaba frente a la puerta de su casa.

Al abrir, se encontró con vidrios en el piso, las cosas desordenadas y botellas que contenían alcohol, el líquido también estaba tirado por todo el piso, había muchas de estas.

Jennie se quedó con la boca abierta, y sin hacer ruido; cerró la puerta principal y caminó entre todo el desastre pero, no era tan silenciosa. Sintió unos pasos y la puerta del baño se abrió… Su padre salió de aquella puerta con los ojos cansados pero cuando la vio se iluminaron, estaba pálido y tenía ojeras. Estuvo de la misma manera cuando mamá murió. Jennie sintió un nudo en la garganta y sacó su vista del rostro de su padre.

Quiso caminar hacia la puerta e irse, marcharse lejos de ahí pero no quería dejarlo de esa manera, lo veía tan vulnerable, tan solo, tan triste que sintió lastima por aquel hombre que tanto la había dañado en los últimos días.

𝘓𝘦𝘵 𝘔𝘦 𝘋𝘪𝘦 - 𝘊𝘩𝘢𝘦𝘯𝘯𝘪𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora