“Y todo el tiempo creí que te encontraría, el tiempo ha traído tu corazón hasta mí.”Era jueves, habían pasado dos días desde que volvió a su casa, pero todavía seguía sin recordar nada de las veinticuatro horas del lunes.
Había estado observando la caja roja que Roseanne había dejado y con ansias quería saber que había dentro, no la tocó, trataba de evadirla pero siempre le llamaba la atención. No sabía qué era y tenía unas inmensas ganas de averiguar que contenía.
Caminó hacia su escritorio de madera y agarró la cajita, examinó toda la parte exterior de la misma, era pequeña, tenía detalles en dorado, parecía que era de alguna joyería.
La abrió y una pequeña figura resaltó en la misma, se quedó maravillada. Era un colgante que poseía unas pequeñas alas de ángel sobre ella. Al minuto que lo sostuvo sobre su mano, la volvió a meter a donde pertenecía.
<<¿Por qué me dio esto?>>
“Jennie, no caigas en su juego. Te está usando. Nunca lo olvides.”
“No le importas, ella te ve como una niña miraría a un juguete nuevo.”
Era de noche, por lo tanto, volvió a la cama. A la mañana del día siguiente le entregaría la caja a Roseanne para que se la dé a su novia o alguna de todas las chicas que estaban locas por ella. Jennie no quería tener nada que tuviera que ver con Roseanne, pero cada vez que intentaba alejarla de su mente, el color oscuro de sus ojos se quedaba marcado en su cabeza como una imagen intacta.
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Ninguna clases coincidió con Roseanne hasta que llegó Química. Ella, como siempre, estaba rodeada de sus amigos y su novia quien tenía a sus clones haciéndole la tarea a último minuto. No se atrevió a caminar hacia ella y por lo tanto, siguió su camino a su lugar de siempre con Lisa a su lado.
La hora pasó muy rápido y cuando menos se lo imaginó, todos salían del aula con la única tarea: Salir del Instituto y no verla hasta la semana que viene, habría un pequeño descanso de clases. Suzy besó a su novia, quien le manoseó el trasero y después la chica salió.
Jennie le pidió a Lisa que le esperara en la puerta por si Suzy volvía y le hacía algo. Siquiera, la tendría a ella para que le ayudara.
Dejó la cajita en el pupitre de Roseanne y se dio media vuelta sin decirle ninguna palabra como lo tenía planeado, el miedo (Que no supo de donde vino) se apoderó de Jennie en el momento, así que en vez de salir por la puerta, dobló en los primeros asientos para ir donde Roseanne estaba.
Jennie la detuvo tomándola del brazo y al girar, sus cuerpos se chocaron. Jennie se separó de ella al instante.
- Creo que te confundiste de casa, eso no debía ser para mí. – Dijo Jennie zafando su agarre del brazo de Roseanne.
-No, te lo llevé a ti porque quería que lo tuvieras. –
- No me vas a comprar… Puedes dárselo a Suzy o a todas las chicas que tienes atrás pero, a mí no me das cosas como esas porque no estoy loca por ti. – Acomodó su libro que llevaba en mano y vio como Roseanne agachaba la cabeza y rehuía su mirada.
- Quiero que lo tengas tú, ¿Bien? –
Jennie negó con la cabeza, y se separó de ella un paso.
- No quiero tenerlo entre mis manos, ¿Lo entiendes?
Roseanne rió y se acercó un paso, terminando en la misma distancia que antes. Acomodó un mechón de la cabellera castaña de Jennie y ella corrió su rostro para que Roseanne no la tocara.
- Si, lo entiendo. – Sonrió. – Pero esto va en tu cuello, no en tus manos.-
Jennie levantó la vista para observarla y se perdió en sus ojos. Eran muy lindos, pero no, ella no iba a caer como muchas lo hicieron. Cada cosa que Roseanne le decía era mentira, ella siempre iba a ser la razón por la que se cortó la primera vez. Por la que su mente empezó a hacerle la contra, nunca nada iba a cambiar eso…
- Quédatelo, no lo quiero. – Dijo, y se dio media vuelta alejándose de ella, per antes de salir por la puerta se detuvo. Roseanne estaba boquiabierta. – Tampoco deseo tenerlo sobre mi cuello, créeme. –
Al decir esto último, salió del salón y se encontró con Lisa, quien miró hacia dentro. Ambas sabían que Roseanne sentía “algo” por Jennie, pero ella estaba con Bambam y lo quería…
Las chicas subieron al auto de Bambam cuando escucharon que alguien gritó el nombre de Jennie. La castaña sacó la cara por la ventanilla y se encontró con Roseanne, se había quedado parada en la calle mirando como el auto se iba.
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𝘓𝘦𝘵 𝘔𝘦 𝘋𝘪𝘦 - 𝘊𝘩𝘢𝘦𝘯𝘯𝘪𝘦
Fanfic- ¡Jennie! - Exclamó, y corrió a su lado tomando su muñeca por debajo de la cazadora. - ¿Por qué me salvaste? - - Jennie... ¿Querías que te atropellara el autobus? - Frunció la ceja, y agarró con fuerza su muñeca, la acarició. En ese momento sintió...