𝘓𝘦𝘵 𝘔𝘦 𝘋𝘪𝘦 - 𝘊𝘩𝘢𝘦𝘯𝘯𝘪𝘦

Capítulo 32

“Tú me das, un golpe de energía cuando estoy sin batería.”

“Lo siento, lo lamento tanto. Siento haber sido una idiota, realmente te lastimé mucho y no estoy feliz u orgullosa por ello. Tal vez te parece loco, ilógico o estúpido que te diga que después de acercarme a ti pude entender que no merecías todo lo que te pasaba en el Instituto… Tenías tus problemas en casa y solo me preocupaba de todo el daño que podía causarte mientras estabas encerrada en ese Colegio por cuatro horas, y seguro fueron las horas más eternas de toda tu vida y lo siento.

Pasé días volviéndome completamente loca, me tiraba en cara cada hecho horrible que te hice pasar y me odié porque no merecías absolutamente nada de eso.

Eres tan hermosa, alegre y divertida cuando te lo propones pero, también tienes tu otra fase donde te llamas loca pero, ¿Sabes algo? No estás loca, solo buscas una forma para lidiar con todo lo que te sucedió o sucede en tú vida.

Y está bien, puede que no sea la mejor manera de sobrepasar los problemas pero yo no soy nadie como para obligarte a no hacer algo… Sólo quiero que sepas que yo voy a ayudarte en cada cosa que tú necesites. No importa si quieres gritar, llorar, reír, lamentarte… Puedes hacerlo conmigo.

No sé cómo dejarte Jennie. Sé que no soy más que otra compañera que te lastimó hace tiempo atrás y también, tengo claro que nunca vas a olvidar todas las heridas porque no solo son físicas, también son internas y cada vez que miró hacia tus hermosos ojos chocolate, siento odio por mí misma y no sé si es verdad lo que veo o si lo estoy imaginando, pero cuando te miro observo lo mismo, me duele saber que me odias y que yo, por ser una idiota, causé ese odio. Nunca quise preguntarte acerca de ello, porque tengo por seguro que eres tímida y no te gusta hablar sobre lo que sientes a menos que te sientas mal.

Jennie, eres tan frágil, tan sencilla, tan tú, que cada día que paso contigo me atraes más, lamento todo y siempre, siempre voy a repetirlo. Te convertiste importante para mí y sé que no tienes el mismo sentimiento por mi pero, no me importa.

La mayoría de los amores no son correspondidos, y así fue, es y será por toda la vida.

Te quiero tanto, Jen.

-Roseanne P.”

Jennie bajó la carta hacia su pecho y la sostuvo por unos minutos contra el mismo. Respiró y dejó que las palabras se conectaran y mezclaran en su cabeza para después extender una sonrisa por su rostro, acompañada con una pequeña risa de ternura. Era su primera carta…

Buscó debajo de su cama su caja llena de fotos y cosas personales, la guardó y volvió a sentarse en la cama.  

Miró a su habitación y observó que el sobre no lo había guardado. Lo tomó y al girarlo, algo cayó del mismo en el cobertor. Jennie le dio media vuelta y unas fotos de ellas aparecieron, en la última estaban con Lisa. Se había olvidado de ese día en el que las tres salieron juntas.

Una sonrisa aún más grande se formó en su boca, se sentía tan especial.

-También te quiero, Roseanne.

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Su cuerpo seguía doliendo cada vez que se paraba y tenía que caminar hacia el baño de su propia habitación. Sus piernas permanecían cansadas y lastimadas, algunos cortes seguían sin cerrar por culpa de Suzy.

El Director llamó a la casa de Jennie para hablar con su padre por la falta de asistencia en toda una semana a clases.

El Instituto se volvió un lugar en donde los rumores nunca quedan en la boca de una persona, se sabía que Suzy fue la causante de las heridas en el cuerpo de Jennie y la gente caminaba con miedo cuando pasaba al lado de la morena, o eso le había contado Lisa, quien le tomaba los apuntes de las clases para los exámenes del segundo trimestre.