𝘓𝘦𝘵 𝘔𝘦 𝘋𝘪𝘦 - 𝘊𝘩𝘢𝘦𝘯𝘯𝘪𝘦

Capítulo 6

“Quizás sea invisible y otra basura más para la sociedad, pero tengo corazón.”

La semana pasó pero los cortes, golpes e insultos seguían. Suzy al parecer no se detendría nunca, y lo único que le importaba era ver mal a Jennie.

Disfrutaba eso como cualquier persona disfruta ser rodeada de esa persona que tanto ama; Lisa todas la veces, defendió a Jennie de la mejor manera, apenas se conocían, y la rubia le ayudaba en todo.

Lisa tenía una personalidad muy fuerte y era realmente muy hermosa así que, nadie le diría nada. Una que otra vez, ella dejaba sin habla a Suzy con sus palabras. Jennie se había encariñado de su persona, pues ella desearía ser así.

Jennie tenía su cabeza colgando desde la cama mientras que veía a Lisa alistarse. Había una fiesta, y la rubia iba a ir, Jennie se quedaría en su casa por supuesto, leyendo un libro o algo así.

Su cabello rubio platino y desordenado adornaba su cabeza. Tenía una blusa negra que le remarcaba los pechos, y unos zapatos del mismo color.

- ¿En serio nunca usaste estos zapatos? – Dijo la rubia dándose media vuelta señalándolos.

Jennie negó con la cabeza, y se dio media vuelta recostándose en sus codos.

- ¿Por qué? – Arqueó una ceja.

- No voy a fiestas… no me gusta, Lisa. – Dijo levantándose de la cama, y caminó hacia su ropero.

Tenía cientos de vestidos, zapatos, camisas, blusas y accesorios para esas fiestas que suelen asistir los adolescentes… normales. Al abrirlo completamente, la boca de Lisa cayó hacia abajo. Dejó los retratos sobre el escritorio y con pequeños saltitos se dirigió al armario.

Se tiró encima, y los abrazó.

Jennie soltó una carcajada.

La rubia tomó dos converse en sus manos, y los miró, luego… sonrió.

- ¡¿Enserio?! ¿Tienes a estas bellezas y no las sacas a pasear? – Arqueó una ceja, y suspiró.

- Quédatelos, no los quiero. – Dijo la castaña encogiéndose de hombros.

- Oh no, señorita… ¡Usted debe usarlos¡ - Le tiró el par blanco. - ¿Por qué tienes tantos si no lo usas? –

Jennie hizo un puchero, y le sonrió. Repentinamente se acordó de que su madre amaba ir de compras, y antes que falleciera, le compró un montón de zapatillas para salir a todas las fiestas pero… nadie sabía que la vida de Jennie sería de esa manera. No quería ir a esos lugares porque tenía miedo de que se rieran en su cara.

- Acompáñame. – Soltó de golpe la rubia.

- No iré. La gente se reirá de mi, Lisa. – Se tiró a la cama de nuevo.

Lisa suspiró totalmente agotada. Su paciencia lentamente iba dejando su cuerpo, su mente y todo. Llevaría a Jennie a la fiesta si o si, no podría dejarla ahí. Además, Lisa quería que Jennie empezara a tomar conciencia de que no importa lo que digan los demás.

- ¿Por qué piensas en lo que harán o no harán? No te conocen, son amigos de mi amigo de otro instituto –

- No importa, no soy linda como para ir a una fiesta llena de chicos adolescentes. Aparte, no entro en esas camisetas –

- ¡Jennie! Es tu talla, ¡Vamos, cámbiate! –

Ella negó con la cabeza, no podría vestirse con eso.

Sus brazos seguían llenos de marcas por todas las noches en las que se desquitó con ella misma, pero, además… se sentía insegura.

Una que otra vez, se las probaba y cuando se miraba al espejo, sentía que si alguna vez saldría a la calle ahí, se moriría… se mataría.