Capítulo 4

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"¿Pero qué si me arriesgo y todo se desmorona? ¿Qué pasa si confío en alguien de nuevo y se aprovecha de mí? En realidad no tengo mucho y fácilmente me quedaré vacía."

― Jessica Sorensen, The Coincidence of Callie & Kayden


POV Armando

Desde que ella salió del apartamento, no he podido hacer nada más que caminar de un lado al otro mientras pienso en lo que tengo que hacer.

Cata terminó de bañarse y arreglarse, quedó divina como siempre, nadie pensaría siquiera que estuvo de fiesta anoche. Ahora está sentada en la mesa con dos agendas telefónicas y unos lapiceros haciendo algunas llamadas, saludando viejos conocidos, haciendo anotaciones y buscando contactos para ayudarle a Betty con lo del nuevo apartamento.

Catalina definitivamente es un ángel para Beatriz.

La observo por un segundo desde el corredor y luego sigo caminando.

-¿Se puede saber qué haces Armando? –Me pregunta Catalina al verme así de inquieto -¿No se supone que tú deberías estar descansando?

-Si Cata, se supone, pero tengo muchas cosas por hacer, varias llamadas y además no puedo concentrarme sin ella acá –aseguro sentándome del otro lado de la mesa –tengo demasiadas cosas en la cabeza, debo ir mañana a mi consulta de control en la clínica, Marcela sigue insistiendo en llamarme a presionarme con el tema del viaje, quisiera poder ayudarle a Betty en algo pero no puedo, estoy atascado con este cabestrillo por al menos un día más y para rematar me muero de ganas de... -me freno al instante que me doy cuenta lo que iba a decir. Catalina me mira con una sonrisa cómplice, obviamente sabe cómo terminaba esa frase.

-Acompáñame a la cocina Armando, ven, ¿Quieres que te prepare un té para que puedas relajarte un poco? –me pregunta poniéndose de pie – ¿O tal vez quieres un café?

Suspiro y me llevo la mano libre al cabello para echarlo hacia atrás con angustia.

-No quiero ponerte problema Cata, pero gracias, un té estaría bien.

Ella pone a calentar el agua y se gira a mirarme con una expresión casi maternal.

-¿Quieres hablar conmigo? ¿Contarme que es lo que te tiene así? –me pregunta –Porque yo te conozco y algunas de las cosas que acabas de mencionarme no son motivo suficiente para este nivel de estrés que estás teniendo.

La conozco hace muchos años, desde que yo era apenas un recién graduado que llegaba a la empresa y ella ya trabajaba como relacionista pública de papá. Me ha visto crecer, subir y por supuesto caer. Cata es una de las personas más intuitivas que conozco, tal vez me sirva hablar con ella de todo esto, al menos como una forma de desahogarme.

Suspiro profundamente y me apoyo en el marco de la puerta antes de empezar.

-No me gusta sentirme así de impotente, no me gusta tener a Betty tan lejos de mí, no me gusta tener que estar en reposo –afirmo, suponiendo que esto es suficiente para ella. Porque yo sí sé que es lo que me está volviendo loco, pero no sé si sea conveniente decírselo a Cata, al menos no sé si a Betty le gustaría que de nuevo yo anduviese por ahí hablando de nuestra intimidad a otras personas.

-Pero sabes que debes cuidarte, para sanar bien y no tener que volver a la clínica.

-Lo sé, lo sé Cata pero eso no calma en nada mi ansiedad por ver que ella me necesita y yo no le sirvo para nada –le aseguro –a menos que sea para seguir dándole desconfianza –murmullo algo triste.

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