Capítulo 37

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"Dicen que cuando conoces al amor de tu vida, el tiempo se para... Y es verdad. Lo que no dicen es que, cuando vuelve a ponerse en marcha, se mueve aún más rápidamente, para recuperar el tiempo perdido."

― Big Fish





POV Beatriz

-¿A dónde vas? -me pregunta medio dormido cuándo me levanto de la cama, interrumpiendo su sueño.

En otro momento de mi vida, me hubiera sentido aterrada de solo pensar en dejarme ver desnuda por él, con la luz del amanecer ya filtrándose por las cortinas para iluminar lo suficiente de mí, de mi cuerpo que nunca ha sido mi mayor fortaleza, ni siquiera porque sea de espaldas.

Sin embargo, hoy de pronto algo es diferente. Algo entre los dos parece haber cambiado... siento que algo ha... evolucionado... Algo es diferente en una forma que no lo había sentido yo antes.

Amanecer a su lado hoy me hace sentir... en calma, satisfecha por mis decisiones... y en especial me siento segura de que puedo confiar en él, en sus promesas y en esta nueva oportunidad de estar juntos.

Anoche fue muy especial, más allá de lo mucho que ambos deseábamos estar juntos de nuevo y volver a hacer el amor, siento que hemos pasado la más maravillosa noche como una pareja, teniendo la oportunidad de demostrar y recibir confianza, de exponer nuestros miedos, nuestras debilidades, de entregarnos en cuerpo y alma al otro.

Y hoy ya no me da tanta vergüenza caminar totalmente desnuda como lo estoy haciendo en este momento, porque estando con él ahora, me siento tan tranquila como nunca antes lo pude sentir, hoy Armando me hace sentir amada y segura.

-Voy al baño -respondo yo - es hora de levantarse Armando.

Estábamos a punto de volver a quedarnos dormidos y no puedo dejar que eso pase. Y estoy usando toda mi fuerza de voluntad en esto porque no es que no quisiera hacerlo, dormir otro rato con él abrazados sin preocuparnos por nada más, claro que me encantaría seguir disfrutando de su compañía mientras pasamos un poco del cansancio que ambos tenemos por haber continuado nuestra apasionada noche hasta que por fin amaneciera, hasta hace unos minutos.

Aún siento la marca de sus manos en mi espalda, sus dedos apretando mi cintura, sosteniéndome contra su cuerpo. Todavía puedo sentir el sabor de su boca en mis labios, la sensación de su barba incipiente raspando contra mi lengua mientras va recogiendo el sabor salado de su cuello.

Claro que si quiero volver a su lado, me encantaría poder descansar otro rato después de los buenos días con que me despertó esta madrugada.

Pero sé que si cedo en lo más mínimo y regreso al tibio refugio de sus brazos, no voy a querer levantarme de nuevo y saldremos muy tarde de esta habitación.

-Todavía no, regresa a la cama mi vida...

-Armando, tengo que ir al baño y arrancar de una vez- le digo mientras camino muy decidida a no ceder- hoy tengo un día bastante ocupado y no quiero llegar tarde a la oficina, no puedo volverme a dormir.

-¿Pero por qué no? Todavía está temprano Betty, ven a acostarte otro ratico a mi lado, pongo la alarma y dormimos solo una hora más -implora gimoteando como un niño pequeño, rogando por un poco más de postre.

-Hoy no mi vida, en serio me tengo que ir, recuerda que debemos ir por mi carro -le digo desde la puerta del baño, intentando sin remedio el exponerme a esa mirada que justo ahora me hace.

IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora