Capítulo 35

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"Desnuda bajo la luna de abril, perfecta

Si yo pudiera elegir

Me guardaría solo ese momento

Con el más puro de los sentimientos

Que llegue a sentir por ti

Cuando empezaba a recorrer tu cuerpo

Y nos hacíamos mil juramentos..."

― Tu Respiración, Chayanne



POV Armando


No sé bien ni como he llegado a mi habitación, ni en qué momento he traído mi preciada carga hasta el borde de mi cama mientras no paro ni un instante de besarla y acariciarla.

Ella me abraza y se sostiene con fuerza de mí, al tiempo que besa con fiereza mi cuello y mi mandíbula.

Con el mayor cuidado posible la apoyo en la cama y me ubico sobre ella, dejando mi cuerpo rodeado por sus piernas, mientras libero por un momento sus labios, me apoyo en mis manos y la miro sonrojada, ambos respiramos agitados, pero sonrientes.

Betty se arregla un poco algunos mechones de cabello que tiene cayéndole en la cara y yo la ayudo dejándole un besito en la punta de la nariz.

Cuando me separo un poco de ella apoyándome en mis manos para no poner todo mi peso en su cuerpo, la veo como me dirige una mirada preocupada.

-¿No te lastimaste?-me dice llevando sus manitos a mi pecho para acariciarme con suavidad hacía los costados -Por favor ten cuidado -me pide bajito y lleva su mano para acunar mi rostro.

-Mi princesa hermosa, no te preocupes que seré cuidadoso -le susurro yo mientras vuelvo a sus labios para continuar el festín que teníamos en la sala.

Solo ella puede anteponer mi bienestar a sus necesidades, Beatriz es la única mujer que me ha amado de esta manera tan incondicional y desinteresada.

Sus besos ahora se suman a las caricias que me deja en la espalda metiendo sus manos debajo de mi camiseta, en un movimiento que aunado a los pequeños gemidos que hace mientras se mueve debajo de mí, apretándose deliciosamente contra mi cuerpo, me enciende aún más, enviando corrientazos de placer por toda mi espalda hasta mi cabeza.

La he soñado así desde hace tanto, he anhelado tenerla en mis brazos, siendo los dos libres para que yo pueda amarla como ella lo merece, tanto que por fin tenerla aquí y sentir que debo aprovechar esta oportunidad al máximo es lo único que me está ayudando a mantener el control y no arrancarle la ropa para hacerla mía sin pensarlo un segundo más.

Pero se bien que no voy a lograr aguantar demasiado, así que me enfoco en ella, en mi Betty.

Ella toma el borde de la tela de mi camiseta y la hala hacia arriba para quitármela con premura pero estando yo apoyado en mis manos, no podrá lograrlo.

Suelto sus labios inspirando profundo para conservar su delicioso aroma en mis pulmones, puedo ver como cada vez están más hinchados y rosados como un claro vestigio de nuestros besos.

-Yo lo hago -le digo mientras me arrodillo y en instantes desaparezco la molesta prenda arrojándola en algún lugar de la habitación, para ganarme una sonrisita pícara de su parte.

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