CAPITULO 2

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Cómo Uther Pendragon hizo guerra al Duque de Cornualles, y cómo por
la mediación de Merlín yació con la duquesa y engendró a Arturo

Entonces se alegró Ulfius, y cabalgó a más andar hasta que llegó al rey
Uther Pendragon, y le dijo que se había encontrado con Merlín.

—¿Dónde está? —dijo el rey.

—Señor —dijo Ulfius—, no tardará mucho.
En esto advirtió Ulfius dónde estaba Merlín, en el toldo de la puerta del
pabellón. Y entonces Merlín fue mandado venir al rey. Cuando el rey Uther lo
vio, dijo que era bien venido.

—Señor —dijo Merlín—, conozco cada parte de vuestro corazón. Si me
juráis como verdadero rey ungido que sois, cumplir mi deseo, vos tendréis el
vuestro.

Entonces el rey juró sobre los cuatro Evangelios.

—Señor —dijo Merlín—, éste es mi deseo: la primera noche que yazgáis
con Igraine engendraréis un hijo en ella; y cuando nazca, será entregado a mí
para criarlo como yo quiera, pues será para honra vuestra, y el niño valdrá
según sus merecimientos.

—De grado haré —dijo el rey— como tú quieras.

—Pues aprestad —dijo Merlín—. Esta noche yaceréis con Igraine en el
castillo de Tintagel, y seréis como el duque su marido, Ulfius será como sir
Brastias, uno de los caballeros del duque, y yo como un caballero llamado sir
Jordans, otro de los caballeros del duque. Pero cuidad de no hacer muchas
preguntas a ella ni a sus hombres, sino decid que estáis cansado, y apresuraos
a meteros en la cama, y no os levantéis por la mañana hasta que yo vaya a vos,
pues el castillo de Tintagel está a sólo diez millas de aquí.

Así fue hecho como habían devisado. Pero el duque de Tintagel vio cómo
el rey dejaba el cerco de Terrabil, y por ende esa noche salió del castillo por
una poterna para afligir a la hueste del rey. Y por su propia salida fue muerto
el duque antes que el rey llegase al castillo de Tintagel.

Y después de la muerte del duque, el rey Uther yació con Igraine, más de
tres horas después de su muerte, y esa noche engendró en ella a Arturo; y antes
que fuese de día, vino Merlín al rey, y le rogó que se aprestase; así que besó el
rey a la señora Igraine, y partió a toda prisa. Pero cuando la señora oyó del
duque su marido, que según todo testimonio había muerto antes que el rey
Uther viniese a ella, entonces se maravilló quién podía ser el que había yacido
con ella con semejanza de su señor; así que lloró secretamente y no dijo nada.
Entonces todos los barones de un pacto pidieron al rey poner acuerdo entre
la señora Igraine y él. El rey les dio licencia, pues mucho quería acordarse con
ella. Así que puso el rey toda la confianza en Ulfius para negociar entre
ambos; y por esta negociación, el rey y ella se juntaron a la postre.

—Ahora obremos bien —dijo Ulfius—: nuestro rey es un caballero lozano
y soltero, y mi señora Igraine es muy hermosa dama, sería gran gozo para
todos nosotros que pluguiese al rey hacerla su reina.

En lo cual fueron todos de acuerdo, y lo propusieron al rey. Y al punto,
como caballero lozano, consintió en ello de buen grado, y a toda prisa se
casaron una mañana con gran alegría y gozo.

Y el rey Lot de Lothian y de Orkney casó entonces con Margawse, que fue
madre de Gawain, y el rey Nentres de la tierra de Garlot casó con Elaine. Todo
esto se hizo a requerimiento del rey Uther. Y la tercera hermana, Morgana el
Hada, fue enviada a la escuela de un convento de monjas, donde aprendió
tanto que fue una gran sabedora de nigromancia, y después casó con el rey
Uriens de la tierra de Gore, el cual fue padre de sir Uwain le Blanchemains.

El Rey Arturo y los Caballeros de la
 Mesa Redonda
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