Cómo el rey Arturo los perdonó, y demandó de ellos dónde estaba sir
GarethEntonces graciosamente dijeron ellos a un tiempo: «Dios os perdone como
nosotros, y os rogamos que nos digáis dónde podemos hallar a sir
Beaumains.»—Gentiles señores —dijo sir Ironside—; no sé decir, pues es muy difícil
hallarle; pues los jóvenes caballeros como él, cuando van en pos de sus
aventuras, no se detienen en ninguna parte.Pero fue maravilla oír al Caballero Bermejo de las Landas Bermejas, y a
sir Persant y sus hermanos, las honras que contaban de Beaumains.—Pues bien, mis gentiles señores —dijo el rey Arturo—, sabed que yo os
haré honor por el amor de sir Beaumains, y tan presto como lo encuentre os
haré a todos, el mismo día, caballeros de la Tabla Redonda. Y en cuanto a ti,
sir Persant de la India, has sido llamado siempre muy noble caballero, y lo
mismo tus tres hermanos. Pero maravíllame —dijo el rey— no oír de vuestro
hermano el Caballero Negro, que era muy noble caballero.—Señor —dijo Pertolepe, el Caballero Verde—, sir Beaumains lo mató en
un encuentro con su lanza; se llamaba sir Percard.—Ésa es gran lástima —dijo el rey, y lo mismo dijeron muchos caballeros.
Pues estos cuatro hermanos eran muy conocidos en la corte del rey Arturo
como nobles caballeros, pues habían sostenido guerra mucho tiempo contra
los caballeros de la Tabla Redonda.Entonces dijo sir Pertolepe, el Caballero Verde, al rey: «En un paso del
agua de Mortaise se encontró sir Beaumains con dos hermanos que casi
siempre guardaban ese paso, y eran dos caballeros mortales, y allí mató él al
hermano mayor en el agua, y le dio tal golpe sobre la cabeza que cayó al agua,
donde se ahogó; y su nombre era sir Gerard le Breuse; y después mató al otro
hermano en tierra, cuyo nombre era sir Arnold le Breuse.
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El Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda
RandomUna aventura épica con dos frentes: lo sobrenatural y nuestra propia humanidad. Durante los tiempos inciertos de la Guerra de las Dos Rosas, un caballero de vida azarosa, sir Thomas Malory, escribió desde la cárcel una refundición del vasto ciclo ar...