30. PASTO

2.5K 217 18
                                    

Minutos después, Draco se acercó a ella con un pañuelo el cual colocó delicadamente sobre los ojos de la bruja, la tomó de la mano y los apareció en otro lugar. De pronto, Hermione sintió algo de frío pero inmediatamente, la calidez de un hechizo la envolvió. El suave aroma a jazmín, su favorito, inundó sus sentidos y sintió que su corazón seguía latiendo con fuerza. Música suave empezó a sonar, una que ella le había dicho hacía un tiempo que le gustaba mucho. Le sorprendía que Draco siempre prestara atención a esos detalles.

Cuando él le quitó el pañuelo, ella permaneció con los ojos cerrados hasta que sintió que él tomaba su mano izquierda. Como por acto reflejo, la derecha la colocó sobre su pecho, donde su corazón seguía desbocado.

—Hermione —susurró.

Ella abrió los ojos y se sorprendió al verse en un mirador, con la ciudad a sus pies. Estaban dentro de una especie de burbuja que los aislaba del frío y la nieve, como si estuvieran dentro de una bola de cristal, con muchos tulipanes color salmón flotando por doquier y varias velas blancas en la grava que iluminaban tenuemente el lugar. Él con una rodilla en el suelo y con una pequeña caja de terciopelo negro abierta mostrando el anillo.

—Desde que nos encontramos aquella vez en el lobby de Parker, sentí que aquello no había sido una casualidad. Verte ahí despertó en mí un instinto de querer protegerte, de no permitir que nadie te hiciera sufrir. Poco a poco te fuiste metiendo en mi vida, en mis pensamientos y fuiste despertando sentimientos que no conocía, que me provocan hacer cosas que jamás pensé que haría o diría a una mujer. Me fuiste enamorando con cada gesto, con cada palabra, con tus sonrisas, con tu forma de ser. Y te amo, Hermione, mucho, como jamás imaginé que se podría amar. Quiero cumplir cada uno de tus sueños, que hagamos locuras juntos. Que seas lo primero que vea al despertar cada mañana, y también lo último que vea al cerrar los ojos cada noche, y dormir abrazado a ti. Quiero que sigas siendo mi compañera de vida como en estos últimos meses y estar ahí para ti siempre. Y quiero hacerlo por todos los años que nos queden por vivir. Hermione, ¿te quieres casar conmigo?

—¡Sí, Draco, sí me quiero casar contigo! —respondió dándole énfasis a sus palabras para que no hubiera dudas; las emociones estaban al tope, tanto que unas lágrimas habían decidido hacer presencia sobre su rostro. Se había arrodillado frente a él y lo abrazaba con fuerza—. Te amo —le confesó por primera vez—, muchísimo muchísimo y también quiero vivir todo eso contigo, ¡siempre!

Draco la abrazaba a su vez y luego le colocó rápidamente el hermoso solitario para poderla besar. Minutos después, Draco transfiguró un tronco en una banqueta y sentados, con las manos entrelazadas, admiraron en silencio el hermoso paisaje.

—¿Dónde estamos?

—Venía con mi abuela cuando quería escapar de mi abuelo Abraxas. Ella siempre me instó a buscar la felicidad. Poco antes de tomar la marca, vine a acá preguntándome si ella estaría de acuerdo con lo que iba a hacer; murió cuando tenía nueve años. Me prometí que volvería cuando fuera realmente feliz. Cuando Scorpius nació, vine; pero desde entonces no había vuelto. Hasta hoy. A ella le hubiese gustado mucho conocerte. Lo sé. —Draco le acomodó un mechón de cabello detrás de las orejas y contempló su rostro con ojos vidriosos—. Soy muy feliz, Hermione. Gracias a ti. —Y volvieron a besarse con pasión pero antes de que su deseo se saliera de control, se detuvo—. Creo que es mejor irnos.

Con varios movimientos de varita desapareció todo lo que había colocado previamente en el lugar y la abrazó para aparecerse. Una vez en casa, la alzó entre sus brazos y lentamente, sin despegar sus ojos de ella, la llevó hasta el dormitorio. Colocándola sobre la cama como si fuera algo extremadamente delicado, hizo aparecer los tulipanes y las velas, y luego se acostó sobre su pecho y abrazó su cintura.

—Me parece un sueño tenerte así... mi prometida... mi vida entera. ¡Te amo!

—¡Te amo! —repitió ella besando su rubia cabellera para luego volver a pasar la mirada por todo el lugar—. ¿Dónde tenías todas estas cosas?

—Un buen mago jamás revela sus secretos —dijo con arrogancia. Ella no pudo evitar reírse—. Amo tu risa —le dijo poniéndose a su altura y acariciando suavemente su rostro.

—Y yo amo todo de ti —respondió sugerente, lo que provocó que él empezara a besarla con ansias, como si no existiera otro idioma mejor para declararse su amor; sus manos expertas reconociendo una vez más ese cuerpo que veneraba.

Horas después, mientras desayunaban cuando prácticamente debieran estar almorzando, Draco comentó que debían acordar una fecha para la boda.

—Qué te parece si hacemos algo íntimo —sugirió ella—; solo nuestros padres, hijos y amigos más cercanos.

—Te iba a proponer lo mismo. Creo que ambos ya tuvimos una gran boda... La idea de algo íntimo me gusta. ¿Y cuándo crees que podríamos hacerlo?

—A partir de ahora, ¡en cualquier momento! —respondió ella con ilusión.

—¡Perfecto! —sus ojos grises brillaban de felicidad—. Déjalo en mis manos. —Ella presionó su mano a modo de aceptación.

A inicios de abril, cuando ya estaba en pleno la primavera con su pasto verde, cielo azul y arreglos florales por doquier, en aquella playa a la que Draco la había llevado una vez, con el atardecer como telón, acompañados de los Potter, Nott, Zabini, los hijos de la pareja llegados esa mañana para la celebración y los padres de ambos, Draco y Hermione, dentro de un hermoso gazebo decorado por Daphne y Ginny para la ocasión, dijeron sus votos de amor y luego recibieron los mejores deseos de cada persona presente.

Hermione había sido la encargada de planear el destino de su luna de miel pues quería ser ella la que en esa ocasión sorprendiera a su esposo. Santorini fue elegido por sus brillantes villas blancas y el mar azul como contraste. Días en las playas, cruceros en catamarán, catas de vinos, aguas termales... Las opciones eran muchas si se decidían dejar la hermosa villa que había rentado en ese paradisíaco destino, con su amor como el principal protagonista.

 Las opciones eran muchas si se decidían dejar la hermosa villa que había rentado en ese paradisíaco destino, con su amor como el principal protagonista

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cadena de erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora