Era invierno y los copos de nieves se posaban lentamente en los arboles de nuestro patio, observaba como mi hermano jugaba en aquel frio lugar mientras que yo me apoyaba en la ventana de nuestra casa. Deseaba poder estar ahí, riendo y jugando con aquel niño que me protegía y cuidaba de todo.
–Vamos, deja de estar mirando a tu hermano.–Mi madre al igual que mi hermano siempre querían protegerme, ya que mi padre no pasaba demasiado tiempo en casa por su trabajo.
Me quede unos pocos minutos mas contemplando a aquel pequeño niño divertirse, solo quería estar con él.
–Mami, ¿porque no puedo estar ahí afuera con mi hermano?
–Aun no te recuperas de tu refriado, es mejor así.– me dio una taza de chocolate caliente y me llevo hasta el pequeño sofá que teníamos. Se acomodo conmigo para luego acariciar mi largo cabello.
Nuestros días de invierno estaban siendo cada vez mas aburridos y rutinarios. Me la pasaba mirando por aquella ventana caer la nieve o la lluvia, habían veces en las que mi hermano, a escondidas de nuestra madre traía un poco de nieve a la casa para que yo pudiera sentir aquella fría textura.
-Mira-extendió sus pequeñas manos en frente de mi- ¿Sabías que se puede comer la nieve?
Su calida sonrisa y su mirada brillante ante aquel descubrimiento me hizo querer atesorar este momento una y otra vez.–Solo un poco, no quiero que tu resfriado empeore por mi culpa.– asentí y tome un poco de la nieve que tenia en sus manos que se estaban poniendo rojas por el frio.
–¿Te gusta?-pregunto curioso.
–Quiero comer mas nieve, hermanito.
–Pero no puedes, debes recuperarte.– lo mire y mis ojos lentamente comenzaron a cristalizarse.
–¡No llores!– seco sus manos en la ropa para luego tomar mis calidas manos.–Te prometo que el próximo invierno comeremos toda la nieve que podamos, pero por favor, no llores.
Sonreí y lo abracé.
Para cuando la noche llego, ya nos encontrábamos dentro de la casa, mamá estaba haciendo la cena mientras que mi hermano pintaba un libro para colorear.
Mamá se acerco a mi y dejo un plato de arroz en frente para luego acercarse a mi hermano y dejarle el mismo plato que a mi.
–¡No me gusta el arroz mamá, quiero ramen!– lo que mas le gustaba comer a mi hermano era Ramen con pastel de pescado.
–Come un poco siquiera. Con las verduras y salsas adecuadas te sabrán deliciosas.– mamá siempre trataba de convencer a mi hermano de comer verduras y el arroz ya que era lo que menos le gustaba.
–Si papá no esta, no comeré verduras.- se cruzo de brazos.
–Hermanito, no te enojes.–me acerqué a él.–papá llegara en cualquier momento.
Aunque era un año menor que mi hermano, podía sentir como poco a poco me volvía un pilar para él, siempre que estaba triste por la ausencia de nuestro padre trataba de animarlo y hacerlo sonreír.
–Esta noche su padre no llegará… el… trabajo lo tiene bastante ocupado.– sonrió mi madre. Ella siempre fue fuerte y valiente, nos supo contener a mi hermano y a mi en todo momento.
Mi hermano se negaba a probar el arroz que habia preparado nuestra madre.
–me ire a dormir.–se levantó de la mesa dejandonos a mi mamá y a mi solas, yo la mire fijamente y ella entendio que tambien lo seguiría.
–Gracias por la comida, mamá. Te quiero.– le di un abrazo y luego segui a mi hermano, pero fue demasiado tarde por que el ya había cerrado la puerta de su habitación. Camine hasta su puerta y pude escuchar como arrojaba sus cosas al suelo, se podía sentir su enojo hacia la situación que estábamos pasando.
Fui hasta mi habitación que se encontraba al lado de la de mi hermano, subi a la cama y me acosté para luego caer en un profundo sueño.
Pero de pronto, un ruido fuerte me despertó.
Podía sentir como unos quejidos y la voz de mi madre se encontraban en la parte de abajo.
–¿Quién te hizo esto?- escuche como mi madre le hablaba a mi padre.
–Fueron ellos. Hay que proteger a los niños, no están a salvo. No aquí.- solo podía escuchar como mi padre se quejaba. No entendía lo que estaba sucediendo.
–Wakasa y los demás vendrán en cualquier momento, ya no es seguro este lugar.–Me quede acostada en mi cama procesando todo lo que había escuchado, el miedo se apodero de mi ser por lo que acaba de decir mi padre.
Escuche como azotaban fuertemente la puerta y se escuchaban nuevas voces, no pude entender que era lo que decían porque comenzaron a disparar, solo oía los disparos y la voz de mi madre gritando mi nombre y el de mi hermano.
Sentí como mi hermano sigilosamente entro a mi habitación y me llevo hacia el armario para escondernos.
–shh, debemos estar en silencio para que no nos encuentren.–yo estaba llorando por todo lo que había escuchado.
–Quiero que me prometas algo, por favor.–yo asentí.
–Quiero que seas fuerte, hermanita. A partir de ahora solo estamos los dos. No tenemos a nadie mas que nosotros para cuidarnos, así que por favor, se fuerte. ¿Me puedes prometer eso?
No hacia mas que llorar, no podia entender nada de lo que estaba pasando. Solo me dedique a asentir y decirle que si.
–Te quiero mucho.
–Comeremos nieve el próximo invierno ¿verdad?– él acaricio mi cabeza suavemente.
–Claro que si, lo prometí. Comeremos toda la nieve que desees.
Lo abrace fuertemente, el abrazo no duro demasiado ya que nos habían encontrado.
–Jefe aquí están los niños.- dijo un tipo alto.
–Matalos.–se podia sentir en su voz fría que no tenia miedo a nada.
–Jefe… yo…
–¿¡QUE!? ¿¡NO PUEDES!? ESE ES TU TRABAJO.– El tipo comenzó a amenazarlo con una pistola mientras que otro tipo nos miraba a mi y a mi hermano.
–Basta Shinichiro– susurro el tipo.– Nos llevaremos al niño, Benkei, tráelo.
Shinichiro dejo de amenazar al tipo que llamaron Benkei y este tomo del brazo a mi hermano para arrebatarlo de mi lado.
–¡SUELTENMEEE!-gritaba mi hermano.
–¿Y la niña?– pregunto Benkei.
–¿CREES QUE SOY UNA MALDITA GUARDERIA, BENKEI? DEJENLA AQUÍ, DE TODAS FORMAS, TIENE A SUS PADRES PARA QUE LE HAGAN COMPAÑÍA.– dijo Shinichiro riéndose en un tono macabro.
Benkei y Shinichiro salieron de la habitación mientras que el otro tipo seguía observándome, me sentía débil.
–¡Oi Wakasa!–Llamo Shinichiro al tipo que tenia en frente.
El tipo se me quedo observando varios segundos y antes de salir por la puerta de mi habitación susurro:
–Perdon…– dicho esto, cerro la puerta y pude escuchar como mi hermano gritaba para que lo dejaran libre y segundos después… un ultimo disparo se escucho en la casa.
Mi mundo se estaba cayendo poco a poco.
Trataba de asimilar todo lo que había pasado, estaba en estado de shock.
Se habían llevado la vida de mis padres y tambien la de mi hermano.
Había quedado completamente sola.
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SHINICHIRO SAN:(
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MY THREE DEITIES (𝐻𝑎𝑖𝑡𝑎𝑛𝑖'𝑠 𝐵𝑟𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟𝑠 & 𝑆𝑎𝑛𝑧𝑢) (+18)
FanficDesde ese día sabia que mi lugar no era aquí, pero aún así quise arriesgarme, no podía hacer nada mas que obedecer a aquel hombre, es más, fue él quién me adentro a ellos, fue él quién hizo que todo esto se convirtiera en una peligrosa y extraña obs...