Una noche de invierno inolvidable

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Parte II

Otra vez me encontraba sola.

La verdad es que Izana Kurokawa había vuelto, nunca se fue en realidad, solo había sido escondió de mi, de su propia hermana.

Al escuchar las fuertes palabras que Izana me había dicho, quise morir en aquel instante, deseaba que Mikey o Sanzu apuntadas con sus armas sobre mi pecho y dieran fin a todo esto. Por una milésima de segundo creí que Izana estaría de mi parte pero claro, su status con la familia Sano estaba por sobre mi, yo no era mas que una desconocida o más bien, una puta más con el nombre de su hermana muerta.

Mis lágrimas no paraban de salir, vi como Izana desaparecía por los pasillos hacia la salida. Me encontraba sola o eso creí hasta que escuché como alguien se quejaba dentro de una habitación, curiosa, me acerque a la puerta de donde proveía el sonido y lo que me encontré casi me deja sin aire.

Izana había destrozado al mayor de los Haitani, de seguro había sido él ya que era el único en los pasillos cuando lo vi.

Me acerque rápidamente a Ran, tomé su cabeza cuidadosamente y la puse sobre mis piernas. Su nariz sangraba, al igual que su mejilla y su ceja que tenía un pequeño corte.

-¿Asahi?-trató de decir, su voz apenas se escuchaba y respiraba con dificultad.

-Tengo que llamar a Rindou.-dije desesperada. Su estado no se veía del todo bien.

-¿Estas bien?-preguntó Ran tomando mi cara.- Estuviste... llorando...-se quejo al tratar de levantarse del suelo.

-No es nada, tu estas peor.-busque mi teléfono por todas partes pero no lo encontraba.

-Ran... tu celular, damelo.-Ran sonrió coqueto.

-Si querías mi número solo tenías que pedirmelo-Ran se puso de pie, cerró la puerta con seguro y luego se acercó a la cama que había en la habitación.

-¿Que haces, Haitani? Tengo que llevarte a un hospital.-me acerque a él y cruce mis brazos. Al parecer Ran era duro de matar ya que no demostraba ningun síntoma de dolor.

-Estoy bien, pequeña.-Ran se sacó la ropa y con la tenue luz de la habitación pude notar como tenia pequeñas marcas de golpes.

-Esto... fue mi herma...-me detuve.- ¿Fue Izana, cierto?- un sabor amargo pasó por mi garganta al tratar de llamarlo "hermano".

Ya no lo era más.

-¿Me ayudas a curar las heridas, Asahi chan?-sonrió. Sus ojos se entrecerraron al momento de sonreír, fue la imagen más hermosa que Ran Haitani me había entregado.

Asentí y me senté cerca de él. Ran ya tenía preparada una botella de alcohol y algo de algodón que sacó de la mesita de noche.

-Te dolerá... será mejor que llame a Rindou...-Ran tomó mi brazo y quedé aún más cerca de él.

-Quiero que lo hagas tú...-podía sentir como mis mejillas ardían.

-Esta bien.-Tomé un poco de algodón y lo unte en el alcohol.

Comencé a pasar suavemente el algodón por sobre su nariz, él hizo un pequeño movimiento de dolor, pero lo ignore y seguí en lo mío, pase el algodón por la herida de la ceja y me quede un momento mirándolo, sus labios estaban rojos y se veían tentadores, luego subí a su mirada y el se encontraba mirandome fijamente.

MY THREE DEITIES (𝐻𝑎𝑖𝑡𝑎𝑛𝑖'𝑠 𝐵𝑟𝑜𝑡ℎ𝑒𝑟𝑠 & 𝑆𝑎𝑛𝑧𝑢) (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora