Capitulo 31

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A la mañana siguiente Federico abrio los ojos de nuevo topandose con la dura realidad, sin duda se sentía con un poco más de fuerzas a comparación de el día anterior...

Una enfermera ingreso al cuarto poco después, al escuchar Cristina, que sentia que apenas había cerrado los ojos, se levantó de inmediato, la enfermera llevaba una bandeja con comida que sería el desayuno de Federico, debían ser casi las 10:00 de la mañana y de todas esas horas cuando mucho Cristina había dormido apenas 3 horas completas, se sentía completamente cansada y también lucía así pero eso no evito que se parara al lado de su esposo para atenderlo una vez que la enfermera se fue...

Cris: ¿Cómo te sientes?— besando su frente

Fede: Aún me duele todo pero me siento menos débil que ayer...

Cris: Si tú recuperación sigue así de rápida seguramente pronto podrás regresar a nuestra casa...

Fede: ¿Y de que me sirve poder regresar ahora?

El teléfono de Cristina sonó y ella se alejo un poco de la cama para responder, era su madre para avisarle que había llegado al hospital junto a María Del Carmen para que ella se fuera a descansar un rato a la casa, Cristina por primera vez no se nego, no podía ocultar que estaba agotada, les pidió que esperaran antes de entrar a la habitación porque quería hablar con ambas, finalmente colgó la llamada y se acercó a Federico...

Cris: Déjame ayudarte...—tomando un poco de fruta y acercándosela a los labios— abre la boca, mi amor...

Fede: Cristina no soy un inválido, yo puedo solo.— molesto

Cris: Yo sé que no eres un inválido pero quiero ayudarte...

Ella soltó el tenedor mientras Federico extendia la mano bruscamente, al no tener cuidado choco con el vaso de zumo que se volteo y derramó en la bandeja

Fede: ¡Mira lo que me hiciste hacer!

Cris: — retirando de inmediato la bandeja— Voy a pedirle a la enfermera que te traiga más...

Fede: No quiero nada Cristina...—tomando aire— por favor quiero que me dejes solo...

Cris: No pasa nada Federico, solo era un vaso de zumo...

Fede: ¡Que te vayas te digo!— interrumpiéndola— ¡Quiero estar solo!

Cristina no protesto, aunque le dolió ser tratada así y salió enseguida del cuarto, caminaba por el pasillo con los ojos llorosos para llegar a la sala de espera dónde estaba su madre y su hija cuando sintió de pronto un mareo que la hizo sostenerse de la pared, respiro y se detuvo un momento hasta que se sintió nuevamente bien...

Al llegar a la sala se sentó en una silla junto a su hija, se veía muy agotada y triste...

M. Del Car: Mamá ¿Cómo está mi papá?

Cris: Ya está despierto hija, está algo golpeado pero se podría decir que está bien...

M. Del Car: ¿Por qué te escucho triste? A qué te refieres con que se podría decir que está bien...

Cristina tomo aire y le comenzó a explicar a su hija que era lo que estaba pasando con su padre, lo hizo con todo el tacto posible y ella no hizo más que llorar...

Cons: ¿Entonces si hay posibilidades de que Federico pueda volver a ver hija?

Cris: El doctor nos dijo que si existía una posibilidad y aunque es mínima debemos tomarla...— cerrando los ojos un momento

M. Del Car: Mamá por favor llévame a ver a mi papá...

Cons: Tu mamá tiene que irse a descansar hija, le pido un taxi y yo te acompaño con tu padre...

°Tus ojos cuentan una historia° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora