Capitulo 44

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Cristina acaba de vestirse y estaba frente al espejo observando su barriguita cuando Federico se acercó por detrás de ella y rodeó su cintura

Fede: Falta muy poquito para conocer a nuestro hijo o hija...—acariciando el lugar donde vivía su pequeño bebé

Cris: Me muero de ganas de tenerlo con nosotros...—dijo sonriendo

El le beso la mejilla y pudo darse cuenta que su sonrisa desaparecía poco a poco, últimamente le pasaba eso...

Fede: Cris ¿Que pasa mi amor?— poniéndose frente a ella

Cris: Es que, yo sé que a ti no te gusta que hable de esto pero... No sabes cómo me gustaría que nuestra María del Carmen estuviera aquí con nosotros...

Federico vio sus ojos cristalizarse e inmediatamente la abrazo, ella al sentirse en su pecho comenzó a llorar...

Fede: No llores Cris, ella decidió estar lejos de nosotros...

Cris: Pero es mi hija y me duele no tenerla aquí, no sabes si esta bien, si es feliz o no...—sollozo

Fede: A mi también me duele pero ella nos falló...—beso suavemente su coronilla y se separó para salir de la habitación, dejándola ahí, llorando sola

Lo último que quería era que ella lo viera llorar, le habían enseñado que los hombres no lo hacían pero su hija era su tesoro, su adoración y le había fallado, bajo a la cocina, y después de ordenar que subieran el desayuno para su mujer, salió rumbo a la empresa...

Cristina se recostó nuevamente en la cama, se le habían quitado todos los ánimos que tenía, esa semana había estado muy sensible pues acababa de ser el cumpleaños de María del Carmen y por primera vez lo paso lejos de sus papás... la extrañaba terriblemente y sentía una angustia que le era imposible explicar.

Empresa

Eulo: Ya está todo listo como me lo pediste Federico...—dijo entrando en su oficina

Fede: ¿Acepto?

Eulo: Se nego al principio pero esa muchacha no es tonta, sabe lo que le conviene y también sabe que eso es lo último que puede sacar de ti...— sentando frente a el— así que terminó aceptando...

Fede: ¿Cuando se va? Espero que sea cuánto antes

Eulo: Así será, ella me dijo que tan solo conseguía otro lugar donde vivir y se iba, debiste ver a su tía, le brillaron los ojos cuando le mencioné la cantidad de dinero

Fede: Me imagino, no puedo creer que llegue a ser tan tonto como para meter la pata con esa muchacha, menos mal logré sacarmela de encima— recargandose en la silla

Federico quería a Debora lejos de él y de Cristina, y si la única solución era darle dinero para que se fuera a otro lugar pues lo haría, estaba dispuesto a enmendar sus errores, quería empezar de nuevo

Hacienda el platanar

Una visita que en ese momento era lo menos indicada puso un pie en la enorme entrada de la hacienda, llevaba un ramo de flores y la esperanza de que Federico Rivero no se encontrará en casa...

Cristina seguía recostada en su cama pero ya no lloraba, estaba leyendo un libro y tratando de ocupar su mente en otras cosas cuando tocaron a su puerta...

Cris: Adelante— bajando el libro

Vicenta: Niña Cristina— abriendo la puerta— ahí abajo está el señor Diego buscándola ¿Que le digo?

Cris: ¿Diego?— sentándose en la cama—Dile que ya bajo...

La señora salió de la recamara para cumplir con lo que se le pidió...

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