Harry cada vez se acercaba mas, yo sentía cierta vergüenza; quería que la tierra me tragara en ese mismo instante, no se le veía muy contento, tenía la misma cara que cuando lo conocí por primera vez (cuando nos bajaron de la camioneta). Espere a que Harry llegara y entrara, sería muy tonto de mi parte cerrar la puerta y fingir que no lo había visto para evitarme todas sus preguntas, pero lastima, ya se había dado cuenta de que me había percatado de su presencia.
-no sabía que tenias amigos - mascullo sin siquiera saludar, al instante que estuvimos frente a frente - pensé que nadie sabía que estabas aquí. Pensé que estabas sola. - agrego
-yo también - susurré, casi tan bajito para que no me oyera.
-¿Qué? - me pregunto al no escuchar lo que había dicho.
-nada, nada - removí mi cabeza para que yo también lo olvidara.
Me hice a un lado para abrirle paso a Harry y pudiera entrar al apartamento. Cerré la puerta después de que ya había entrado; Harry se dirigió a la cocina tan pronto como entro, así que lo seguí.
Me detuve en la barra de la cocina, esperando a que Harry dejara de rebuscar en el refrigerador y se volviera hacia mí.
-y... - se detuvo - ¿quién era ese chico? - exclamo con la cabeza aun dentro del refrigerador.
-he - brome con cierto aire distraído, Me había sacado de mi mundo.
- el chico... el que vi salir - explico
-ha, él, es un amigo - respondí.
¿Por qué las preguntas? ¿Qué le importaba a él quien fuera?
-¿tiene mucho que lo conoces?
Por dios, ya quería que dejara de preguntarme cosas, no me gustaban los interrogatorios, me hacían sentir bastante incómoda, y ¿porque tuvo que preguntarme eso? Sabía que si le decía la verdad me iba a regañar, eso lo sentía.
-mmm... no sé, unos... - me hice la tonta un par de segundos.
No quería decirle la verdad, pero tampoco era muy buena para mentir, nunca era lo suficientemente convincente, así que al fin y al cabo me descubriría, así que mejor opte por la verdad.
-5, 4, 3 días - masculle mirándome las uñas, me sentía avergonzada y no sabía porque - no sé.
-¡Días! - se exalto, casi escupía el jugo que había bebido hace pocos segundos.
-si... - dije exasperada, ¿por qué se ponía así? no era para tanto - ¿Qué tiene de malo?
-¡¿Qué tiene de malo?, ¿Qué tiene de malo?! - repitió la misma pregunta - lo acabas de conocer, ¿y ya lo traes a la casa? - me reprendió, se veía muy molesto y exaltado.
-¿Cuál es el problema?
-¿Cómo que cual es el problema? - Por dios cuando iba a dejar de hacer eso - ¿no lo entiendes heder? - mascullo dirigiéndose a mi - augusto posiblemente te este buscando, estamos en peligro, y...y tu, metiendo extraños a la casa - me reclamo, ya mas furioso. Lo entendía, no tenía que ser tan duro conmigo - ¡no te das cuenta de que puede ser una trampa!
-¡por supuesto que no, niall no es el espía de nadie! - grite ya molesta por tanto reproche.
-haaa, así que se llama. Niall - rodó los ojos
-¡sí!, así se llama
-dios mío - miro hacia el techo, como pidiendo un milagro - ¿Por qué eres tan confiada?
- ¿y tu porque tan desconfiado?
Vi como sus ojos se llenaban de llamas, otra vez se había molestado, pero eso no era mi culpa.