La mañana siguiente me desperté y Harry ya no estaba, seguramente ya se había ido a su trabajo, ahora era una persona muy importante y era una persona ocupada, nada que ver como cuando lo conocí trabajando en la mafia, ahora era el presidente de una importante compañía publicista, estaba tan orgullosa por él, esa era la vida que él se merecía y no el de ser perseguido por la policía, me daba gusto saber que el quería enderezar su camino y corregir todos sus errores.
Después de desayunar me di una ducha y me aliste para mi "cita" o lo que fuera con niall, sentía como el estomago se me revolvía, sentía tanta rabia, como pudo haber fingido ser una buena persona, quererse pasar como mi amigo cuando en realidad era un maldito mafioso, espía de augusto, y una vez más me daba cuenta de que no se podía confiar en nadie y que las apariencias engañaban.
Espere a que dieran las dos de la tarde para salir y encontrarme con niall, agradecía que Harry no estuviera aquí, no quería que se enterara de mis planes o de mis sospechas, era mejor mantenerlo en secreto hasta estar bien segura de que niall tenía algo que ver con esto.
Salí del edificio y me dirigí al parque donde me encontraría con niall, cada vez estaba más nerviosa, las manos me sudaban y mas piernas me temblaban, sentía un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, me sentía insegura de solo pensar que estaría sola con él, sin Harry, sin nadie más que me pudiera defender en caso de que el intentara algo, en ese momento las peores cosas empezaron a pasar por mi mente, era vulnerable en este momento, jamás me había sentido con tanto miedo como ahora, tal vez estaba yendo a la trampa de augusto, precisamente lo que él quería.
Llegue finalmente al centro del parque donde se encontraba la fuente, me detuve a unos metros antes de llegar hasta ella, vi a niall ahí parado junto a la fuente, estaba de espaldas hablando con alguien por teléfono, ¿con quién estaba hablando?, me intrigaba mucho no saberlo, tal vez todo esto era cosa de mi imaginación, estaba culpando a personas que no tenían nada que ver con esto, pero aun así no podía descartar a nadie, tenía que estar muy alerta, ya que el enemigo podría estar muy cerca de mí.
Me quede unos minutos ahí parada, observando a niall antes de acercarme a el, estaba demasiado nerviosa, quería ya terminar con esto, aunque ni siquiera lo había empezado. En lo que me decidía a ir o no ir hacia él, niall se dio la vuelta y se dio cuenta de mi presencia, el me sonrió al verme e inmediatamente vi como cortaba la llamada, para después guardar su móvil en el bolsillo del pantalón. Dios no lo podía creer, se veía tan lindo, inocente, incapaz de hacer algo malo que me sentí una tonta por un segundo ¿era enserio? ¿Enserio sospechaba de el?, se veía tan sincero; o era así o definitivamente sabia actuar muy bien, en fin, no podía caer en la trampa y confiar ciegamente en el, aun no lo conocía bien y no sabía hasta donde era capaz de llegar, era mejor dudar que confiar, para que no te dieran una apuñalada por la espalda.
Camine hacia la fuente, donde se encontraba el, casi iba contando los pasos, creo que era demasiado notorio que realmente no quería estar aquí, pero yo no era una buena actriz como los demás, me costaba esconder mis emociones.
-hola - me dijo niall con una gran sonrisa en el rostro, cuando me encontré finalmente frente a él.
-hola - sonreí de lado
-bueno y... ¿A dónde quieres ir?
-no lo se, donde sea - masculle tímidamente, dios ¿Qué era esto? En realidad parecía una cita.
-mmm... - frunció el ceño - ¿un café?
-sí, claro - alzando los hombros en aceptación.
-pues vamos - me sonrió
Niall me ofreció su brazo, no estaba segura de tomarlo, dude por un segundo pero al fin y al cabo lo acepte.
Caminamos así entrelazados de los brazos hasta llegar a la cafetería más cercana, en todo el camino niall no paraba de hablar, no me mal entiendan era muy divertido escucharlo, todo lo que me contaba era muy interesante y me hacia reír, pero eso era lo que me preocupaba, convertirme en la amiga de mi enemigo. Nos sentamos en una de las mesas que había en la cafería, inmediatamente vino a atendernos una de las meseras del lugar y pedimos nuestra orden.