La primera cita siempre es la más importante. 4.1

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¡Muchas gracias a Litna03 , quien me ayudó mucho con este capítulo!

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Lan Xichen estaba nervioso; desde que se levantó esta mañana ha estado de aquí para allá, sin saber que hacer.

¿Debía alistarse desde antes o debía esperar un poco más?, ¿acaso debía llamarle a Jiang WanYin sobre su cita?, ¿o es que debía prepararse mentalmente para un fracaso más en su vida amorosa?

Se levantó de la silla, dejando inconcluso su dibujo, ya que un inesperado timbre lo sacó de sus pensamientos.

Su prima, Jiang Zhen, también había salido de su habitación, por la música que salía de su habitación y los audífonos descansando en su cuello, ella estaba grabando, y el timbre también la sacó de su concentración.

—¿Abres tú o lo hago yo?—menciona observándolo—mejor lo hago yo, regresa a tu habitación—ella sólo asintió.

Lan Xichen abrió la puerta, y a los pocos segundos sintió un peso encima, mismo peso que reconoció como...

—¡A Su!, ¿qué haces aquí?—ella se levantó y acomodó su vestido, para después ayudarlo—estoy aquí por tu cumpleaños—sonrió—eso fue ayer—ella se rió—lo sé, llegué ayer, pero me surgió trabajo, así que, por eso no pude verte—Xichen asintió y sonrió.

—Gracias, me alegra mucho verte—ella sonrió ante aquella respuesta—sigues siendo el mismo, aunque, has bajado un poco de peso—menciona analizándolo, dándole leves toques con su dedo en el abdomen.

—Te ves bien, aunque...tu ropa y tu peinado—señaló—ni siquiera el vanidoso Narciso te envidiaría—expresó—tú también sigues siendo igual—menciona un poco avergonzado.

—Como regalo, te llevaré a comprar ropa...y a un buen corte de cabello—sonrió.

Lan Xichen suspiró, sólo esperaba que eso no hiciera que llegase tarde a su cita.

. . .

Wei Ying dormía tranquilamente sobre el pecho de su amado Lan WangJi, la serenidad de la mañana era extasiante y sería imposible que algo arruinara dicha paz que estaban gozando.

A menos que...

—¡Wei WuXian!—Jiang Cheng llega y empuja a Lan WangJi, -quien se queja del dolor en su enyesada pierna-, para tomar a Wei Ying de los hombros y decirle con emoción—¡mi cita es hoy!—sonríe.

—¿En serio? Que bien, A Cheng—sonríe Wei Ying, calmándolo un poco—escucha, te ayudaré a prepararte y eso; sólo déjame ver si mi novio sigue vivo—Jiang Cheng observó a su cuñado en el suelo y rodó los ojos—él está bien—bufa.

—Creo que me rompió el brazo—se queja—ah no, sigue intacto—observa su propio brazo, rotándolo frente a él.

—¿Necesitas ayuda, A Zhan?—el aludido niega ante las palabras de su pareja y observa a su cuñado con cierta molestia.

—¿Qué? No es para tanto—Jiang Cheng, menciona en respuesta, con una mirada confianzuda—no morirás por una simple caída—se burló.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora