Periquito mata pasiones.

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¡Muchas gracias a Okami-Tsukiyomi por ayudarme!

Tres y media de la madrugada y ese maldito periquito no se callaba.

Maldecía internamente a su bellísimo novio por haberle dado dicho pájaro a su hermano menor.

Nie MingJue quería asesinar a ese pájaro.

Desde la obra, como regalo, Jin GuangYao pensó en regalarle a su cuñadito una mascota, según él, ¿qué mejor que un periquito australiano?

No sería tan malo si, ese pequeño pájaro no se la pasara silbando y gritando todo el tiempo.

. . .

HuaiSang amaba a su periquito, lo llamó Kuaile, cuando su hermano mayor lo dejaba solo, su única compañía era ese periquito.

El periquito se dejaba hacer por Nie HuaiSang, incluso decía algunas frases de los dramas para hacer reír al niño.

Pero mataba pasiones, según Nie MingJue.

Cada vez que Nie MingJue se quedaba a solas con Jin GuangYao, el perico gritaba y silbaba.

A Jin GuangYao le parecía gracioso, pero al Nie mayor, no.

También interrumpía el sexo, los besos, los toqueteos; le gritaba "Suéltalo Da Ge."

No tardó en darse cuenta que HuaiSang lo había entrenado para eso.

Pero que ese maldito perico esté siempre gritando a las tres de la madrugada, sin falta, todos los días.

. . .

Nie HuaiSang entrenó a su amado periquito para martirizar a su hermano mayor, todo era con intención de que dejara descansar a su cuñado.

Varias veces había visto a Jin GuangYao salir de la habitación de su hermano cojeando.

Luego lo escuchaba quejarse del dolor en la espalda baja.

Y esos dolores, hacían que A Yao no jugara con él.

Y odiaba cuando su cuñado no jugaba con él.

Así que entrenó a su periquito para atormentar a Nie MingJue, lo entrenó para gritar, llorar, silbar, y fue difícil hacer que lo hiciera a la misma hora, fue incluso más complicado que hacer que interrumpiera los momentos románticos entre su hermano y su cuñado.

Sabía que su hermano se daría cuenta, así que iría sacando sus tenis, pues lo pondría a correr durante un largo tiempo.

—Fue una buena vida A Sang—se repitió a si mismo sacando sus tenis.

. . .

—HuaiSang, saca a ese perico—le exigió con algunas ojeras bajo sus ojos.

El periquito le colmaba la paciencia, y ahí estaba, cantándole con su irritante voz al pequeño Nie.

Lo peor era que no podía deshacerse de dicha ave.

No, HuaiSang y A Yao lo notarían.

Y se enojarían con él.

. . .

Aguantar las ganas de asesinar a aquel pájaro le traería beneficios después, si es que el mismo mata pasiones se lo permite.

—Maldito perico, me las vas a pagar—bufó devorándose sus tostadas.

HuaiSang se debatía en si iba a ser castigado o no, por lo visto no, y simplemente acarició a su periquito.

¡Que difícil es ser hermano mayor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora