Capítulo 1 | Bajo la sombra de Angie

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 Angela White, mi mejor amiga, se está arreglando la coleta justo antes de entrar a clase de gimnasia

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 Angela White, mi mejor amiga, se está arreglando la coleta justo antes de entrar a clase de gimnasia. Como siempre, luce radiante. Su característica cabellera rubia sobresale por encima de las demás, y los reflejos que se hizo recientemente no hacen más que realzar su bello tono natural. Sus ojos celestes escudriñan rápidamente a nuestro alrededor para luego clavar la mirada sobre mí. No puedo evitar hablarle acerca del increíble espectáculo que están preparando los chicos de último año. Una estrella invitada —sí, como lo oyen— los está ayudando. Al parecer es la hermana de uno de los futuros graduados; el mundo es muy pequeño.

 Angie escucha con atención mis palabras, pero intenta oír también a las chicas que nos rodean. Ellas sugieren lo fantástico que sería replicar algo así en nuestra propia graduación el año entrante. Mi amiga sonríe a todas ellas, y se muestra súper amable antes de declinar.

 —Pienso que no sería una buena idea —señala con una sonrisa humilde pero segura—. Es algo propio de su clase. Nosotros también podemos hacer algo que resulte memorable y único.

 Las chicas comienzan a corregirse apresuradamente, asegurando que copiarles no era realmente lo que querían insinuar, además de darle la razón, por supuesto. Cuando la profesora llega, nuestras compañeras se acercan a ella y forman un círculo a su alrededor. Mi mejor amiga y yo quedamos algo apartadas.

 —Aún no entiendo como lo haces —suelto de pronto, susurrando—. Consigues que te escuchen sin levantar la voz y ser borde, a diferencia de Elina. Tampoco te metes en problemas, y tus notas son increíbles.

 Elina es co-capitana del equipo de porristas junto con Annabeth Leto, cuya historia ascendiendo en la escala social es increíble. Pero esa la dejamos para otro día. Angie me sonríe.

 —Me limito a ser agradable. Eso es todo. La gente busca tratar con un líder, no con un tirano —puntualiza. Y rayos, tiene toda la razón—. Además, cada quien encuentra la manera de hacerse escuchar.

 —Eso es cierto... Pero reconozcamos que a algunos les va mejor que a otros.

 —No te lo voy a negar.

 Después de una cuarta vuelta alrededor del campo de fútbol siento que voy a expulsar un pulmón, pero no podría decirlo en voz alta; eso implicaría desperdiciar el poco oxígeno que me queda y no estoy en condiciones de permitírmelo.

 —Estás exagerando —señala Donovan, uno de mis mejores amigos. Ups, al parecer sí lo dije en voz alta—. Y no olvides que tienes entrenamiento con las porristas por la tarde.

 —Y que Angela acabará contigo si no rindes un 110%. Eres su "mano derecha" y debes estar a la altura —añade Archibald, mi otro mejor amigo y mellizo de la susodicha en tono burlón. Sucede que ella es la "heredera", será capitana el próximo año. Es algo implícito; ya estuvo pasando tiempo con Elina para entrenarse a sí misma y comprender de qué va el liderazgo en el deporte.

En pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora