Qué situación de lo más incómoda. Miro a Bruce por un segundo, aunque es evidente que no va a intervenir en mi rescate. Las cosas dieron un giro inesperado. Imagino que el muchacho que tenemos enfrente no va a creer mis palabras, por más ciertas que sean. Pero tengo que intentarlo después de todo. Debe sentirse un idiota, lo que me genera culpa. No me pasa por alto tampoco que entre estos dos hay una mala relación previa, aunque se me escapa el por qué.
—Estaba en el trabajo hoy. De hecho, no iba a venir. Pero a último momento, Bruce...
—A último momento te invitó y le dijiste que sí —completa la oración con arrogancia. Niego con la cabeza. Eso no fue lo que pasó... exactamente.
—Él convenció a mi jefa de que me permita retirarme antes para venir al festival. Sí vine a ver a China, que por cierto no es una histérica como dices...
—¿Y qué pasó con eso de no ser irresponsable? ¿De repente pasas de tus propias palabras? Es una pena, resultaste ser igual de hipócrita que tus amigos.
—No es eso. Tal vez sea difícil de entender, pero...
—Pero viniste al festival con el chico que te humilló con Alpha Omega, te abandonó en plena noche volviendo del North Side y además te trata como si fueras insignificante y molesta.
Abro la boca y la vuelvo a cerrar. Me siento desorientada y no sé cómo responder. Lo que dije antes es la verdad, pero poner las palabras en voz alta hace que incluso yo las dude. Si bien fue lo que pasó, de cara hacia afuera no tiene sentido. Parece una excusa barata, entiendo por qué Rayder no lo cree. Todo lo que puedo pensar es en lo dolido que está por la "mentira" y me siento fatal.
Bruce no se inmuta ni interviene, pero cuando mi amigo enumera las ocasiones en que estuvo en falta, me mira de soslayo. Sería imposible no darme cuenta de aquellos ojos azul oscuro que penetran hasta los pensamientos.
—Rayder, te prometo que eso fue lo que pasó —le digo al fin. Probablemente cuando todo esto pase se me ocurran los mejores argumentos para justificarme, pero ahora que los necesito mi mente está completamente en blanco.
—Y tú, ¿no vas a decir nada? —escupe, provocando a mi compañero. Admiro su capacidad para mantenerse sereno. Es evidente que quien tenemos enfrente busca pelear. Chico Bestia lo sabe, y se limita a observarlo con el semblante tranquilo y las manos en los bolsillos. Ladea ligeramente la cabeza y, finalmente, da un par de pasos al frente, quedando de cara a él. Es un poco más alto que Rayder, pero a rasgos generales están al mismo nivel.
—Eligió venir conmigo en vez de contigo. Supéralo —responde impertérrito, encogiéndose de hombros. Hay algo en su tono de voz que me hace pensar que lo está disfrutando.
De repente, me siento estafada. Tal vez sea poco probable, pero ¿qué tal si estoy siendo una pieza entre la enemistad de ambos? O alguna apuesta, quizá. Conozco a la gente y sé que son movidas frecuentes.
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En pocas palabras
Teen FictionWest High es, para Bailey Monroe, el epicentro de su vida social: forma parte del equipo de animadoras, se codea con las personas más populares de la escuela y es el alma de toda fiesta en Brighton. Sin embargo, cuando todo parece marchar bien, surg...