Capítulo 36 | Las amigas van primero

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 Stella me da un abrazo de oso a modo de saludo y me levanta, haciéndome también girar por el aire

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 Stella me da un abrazo de oso a modo de saludo y me levanta, haciéndome también girar por el aire. Acto seguido me baja, después de plantar un sonoro y húmedo beso en mi mejilla. Quito los restos de saliva con la manga de mi sweater, riendo ante tal efusividad. Me sorprende no haberla partido al medio, es tan delgada que impresiona.

 —Decía yo que había pasado demasiado tiempo sin ver a mi verdadero gran amor —sentencia hablándome como bebé mientras me aprieta los cachetes.

 —Suéltala ya, loca, que la vas a asfixiar —bromea Kim, acercándose.

 —Son muy parecidas, a decir verdad. Creo que, si Stella llegaba después, la reacción de Bailey habría sido la suya —puntualiza Angie, sonriente. Tiene razón, suena a algo que yo haría.

 Mis amigas y yo nos dirigimos a la sala de estar, donde espera una caja de pizza y ya hay unas latas de cerveza abiertas. Miro la pantalla del televisor y compruebo que comenzaron una película sin mí. Malditas perras traidoras.

 Mientras cenamos —agradezco que me hayan esperado—, nos ponemos un poco al corriente de estas últimas semanas.

 Kimmy nos cuenta que su mamá y ella están pensando en mudarse a un sitio más pequeño porque les resulta caro pagar el alquiler, todo esto mientras intenta reparar la relación con su papá —evito preguntar los pormenores, por si acaso es algo personal—.

 Stella confiesa que está hasta las narices de sus exámenes. Es dos años mayor que nosotras, así que sus estudios se corresponden a la universidad. Está apuntada a historia del arte, aunque hace algunos trabajos como modelo de vez en cuando. En sus ratos libres, prepara mixes para fiestas. Es claramente una chica todo terreno, tiene conocimientos variados en todos los ámbitos. Quién pudiera.

 Angie dirige de vez en cuando el equipo de porristas. Como estamos a nada de su graduación, Elina parece cederle el mando ocasionalmente, y Annie no tiene problemas con ello tampoco. Además, está preparando un discurso motivador para presentarlo en el concurso anual del club de debate. Una chica ocupada. No me extrañaría que, al terminar la escuela, decida estudiar ciencias políticas o algo semejante.

 Por mi lado, les cuento que estoy muy metida con este proyecto mío de introspección y, poco a poco, empiezo a notar resultados. Ya no me importa tanto —aunque sigue siendo algo que se me dificulta— la opinión de los demás acerca de mí, además de que estoy encontrando en el canto un nuevo y agradable pasatiempo.

 —¿Cómo es eso de la final en conjunto? —pregunta Kimmy de repente, refiriéndose al último partido de la competencia.

 Es algo que se implementó por única vez el año pasado, pero resultó tan exitoso que parece se convertirá en una tradición.

 Los institutos de los cuatro puntos cardinales no siempre tuvieron sus predilecciones. Originalmente, entre todos existía una guerra implícita. Sin embargo, diversas situaciones llevaron a que East y West acabaran aliándose, forzando a North y South a complementar el panorama para no quedarse atrás.

En pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora