Capítulo 28 | Rayder salva el día

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 El toque de queda es un hecho, aunque poco a poco la histeria colectiva comienza a mermar

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 El toque de queda es un hecho, aunque poco a poco la histeria colectiva comienza a mermar. En principio se considera cancelar el campeonato en respeto al chico fallecido, pero sus padres insisten en que él no lo habría querido así. Quizá no estén al tanto del rechazo general que producía en algunos de sus pares, pero creo que es lo mejor. Ya suficiente dolor cargan en su espalda como para enterarse de algo tan lamentable, que por supuesto no sumará más que amargura. Por tal motivo, los Riders continúan entrenando, al igual que las animadoras.

 Nuestro próximo partido es el viernes contra South High, mientras que los del East se enfrentarán a los Eagles el sábado. Obviamente alentamos a los de rojo, y tenemos fe de un buen resultado. Si bien los equipos de Noah y Aiden son conformados por estudiantes enormes —exceptuando, irónicamente, a sus capitanes—, se compensa con una pobre capacidad estratégica. Ya saben lo que dicen: mucho músculo y poco cerebro. Cumplen fielmente el estereotipo del que tanto reniego.

 Tenemos una rutina alternativa para el nuevo enfrentamiento, ya que este no será tan amistoso como el de apertura. Vamos a dejarlo todo en el campo de deporte. Elina está dispuesta a declararle la guerra a las chicas de uniforme verde, y la mayoría está de acuerdo con eso.

 —Voy a enviarle a Alpha Omega un chisme sobre Chloe la noche anterior al partido. Eso va a desestabilizarlas, ella es la capitana. Si la más importante cae, las demás irán justo detrás.

 —Estaríamos jugando sucio —señala Annie, dudosa.

 —Si podemos estar de acuerdo en algo, es en que todas la odiamos —la castaña tiene un punto. Pero aún así...

 No puedo creer que estén considerando llevar la estratagema a cabo realmente. Miro a Stassie, pero ella está a favor. Angie no dice nada. Y ni siquiera Janice Hawkes está dispuesta a intervenir. Me horrorizo.

 —Chicas, eso es cruel. La mayoría de nosotras ha protagonizado un escándalo en Alpha Omega alguna vez. No es justo —ya que nadie lo dice, yo lo hago—. Se supone que somos las mejores, pero por nuestro arduo y honesto entrenamiento, mas no por nuestra capacidad de destrucción. ¿Quién está conmigo?

 Alzo una mano, invitándolas a seguirme, pero sólo veo una expresión lastimera en la mayoría. Incluso hasta les hace gracia. Pese a mis palabras, nadie parece entender el punto. Bueno, tal vez sí, pero no lo comparten. Eso es evidente.

 —¿Acaso preferirías que difunda una foto del saco negro y verde que traes en esa bolsa? —me amenaza Elina, señalando con la cabeza— Quizá prefieras explicarnos a todas primero por qué tienes eso ahí. Y de quién es.

 Después de ocuparme de dejarlo limpio, decidí traer el saco de Bruce para llevárselo a Karma luego de la escuela, cuando esté camino a la agencia. Aún no he tenido la oportunidad de devolvérselo y temo que lo necesite, más en esta época del año donde tiritamos y deseamos que funcionen los calefactores en las aulas.

En pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora