Capítulo 11 | La exposición de Donnie

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 Después de echarme un último vistazo en el espejo, me pongo un poco de colonia y estoy lista para salir

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 Después de echarme un último vistazo en el espejo, me pongo un poco de colonia y estoy lista para salir. Esta mañana opto por ponerme vaqueros y una blusa de tirantes. Bastante simple, pero infalible. Los accesorios son la clave. Obviamente también llevo puestas mis clásicas Converse blancas, a juego con la camiseta.

 Hoy es la exposición de arte a la que Donovan me invitó algún tiempo atrás. Tanto él como sus compañeros tienen bastante material preparado sobre lo que vienen trabajando estos últimos meses. Respecto a mí, en dos días tengo que entregar el proyecto sobre simbolismo y continúo sin haberlo empezado. Espero que esta salida resulte, cuanto mínimo, inspiradora. Estoy contra reloj.

 —¿Me llevas, papá? —pregunto, saliendo de mi cuarto. Ya se lo había preguntado antes, así que está esperándome en la sala. Asiente y toma las llaves del carro. Mamá me da un beso y pide que le envíe a Donnie saludos de su parte.

 —Tómale algunas fotos a su trabajo —exige, además.

 —Lo haré, descuida.

 Cuando vamos en el auto, instantáneamente pongo música, pero le bajo el volumen un poco al notar que papá quiere decirme algo. Pregunta acerca del cambio de escuela de mi mejor amigo. Al principio me sorprende que lo sepa. Después reparo en que lo más probable es que mamá se lo haya dicho.

 —Donovan se transfirió a North High hace no mucho... porque se mudó junto con su novia —suelto, insegura. Mis padres no son, precisamente, las personas de mente más abierta del mundo. Mi progenitor frunce el ceño.

 —¿Cómo dices? ¿A sus cuántos? ¿Dieciséis, diecisiete años?

 —Fue una gran sorpresa para todos —confieso—. De todas maneras, parece estar feliz con su elección. Aunque a Angela y Archibald no les hace ni pizca de gracia.

 —¿Y los padres qué opinan?

 —Supongo que se lo habrán tomado bien —respondo, aunque la verdad no estoy segura. De hecho, no tengo ni la más remota idea de qué piensan sobre esto—. Hasta donde sé, nunca se llevaron mal. Donnie no me ha mencionado ninguna pelea.

 Mi papá niega con la cabeza, y por su expresión me doy cuenta de lo estúpido que le parece todo el asunto. Probablemente esté pensando alguna de esas típicas frases de gente mayor. "La juventud de hoy en día está perdida", o algo así.

 Ni bien bajo del coche le envío un mensaje a Donnie, preguntándole dónde puedo encontrarlo. Al alzar la vista me doy cuenta de que este lugar no es, ni de lejos, tan grande como el instituto al que va Angie. El frente es bastante austero, y de no ser por el letrero de chapa que hay encima, probablemente pensaría que es una casa común y corriente, no un lugar donde dan clases de arte. No quiero decir que se vea feo o algo así, sino que es más bien discreto.

En pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora