Después de ducharme, arreglarme y perfumarme, observo mi perfil una última vez en el espejo. Hoy es uno de esos días donde, desafortunadamente, no me siento muy bonita. No sería un problema en circunstancias normales, pero ¿cómo podría conquistar a Sam esta noche si no me siento segura de mí?
Los leggins que traigo puestos brillan, en un intento de resaltar de alguna manera mi minúsculo trasero. Más que esto no puedo hacer por él. Lo siento, amigo. Intenté lucirte, de veras. En momentos así desearía ser un poco menos delgada.
Por otro lado, sí me siento un poco más a gusto con el top celeste que llevo encima. Deja un al hombro descubierto, mas con el collar y perfume apropiados creo que será una buena jugada.
Quedo en asistir con Sam y sus amigos a la fiesta, pero me entra un mensaje de China cuando estoy por salir. Reviso por encima el celular, aunque cuando mis ojos dan con el contenido del texto tengo que releerlo en más de una ocasión para asegurarme de que mi mente no me está jugando una mala pasada.
Mi amiga pregunta, si es que aún no estoy en la fiesta, si puede acompañarme. Jamás, desde que la conozco, pensé que llegaría este día. Se veía tan lejano e improbable... Y, sin embargo, he aquí la situación.
Me muerdo el labio, pensativa. Si bien la respuesta es obvia, me lamento por la gran oportunidad que voy a tener que dejar pasar. Abro el chat y escribo a Samuel que no voy a poder ir con sus amigos y él. Entre ambas opciones, siempre voy a elegir a mi amiga primero.
♥
Herman, el padre de China, estaciona su coche no mucho después. Antes de que pueda salir a recibir a mi amiga, mi padre se adelanta y se pone a conversar con él. Algo sobre el motor del auto. Para mí es otro idioma, así que paso de ellos.
Una vez que saludo al señor Bass, Chi y yo vamos directo a mi habitación. Nuestros padres se quedan hablando allí otro rato.
Me abstengo de hacer preguntas, por más que todo lo que deseo es formularlas. Decir que me siento intrigada es poco, pero mientras más insista, menos respuestas voy a obtener. Le daré un poco de espacio para que me cuente qué fue lo que la hizo cambiar de parecer, pero si no lo hace, eventualmente soltaré lo necesario para saciar mi curiosidad.
El atuendo de China no parece ser para una fiesta. Luce más bien como alguien que sale a cenar por la noche. No la culpo, es la primera vez que hace esto. En cualquier caso, tampoco se ve mal. No va a desentonar mucho. Bueno, quizá sí.
Por pocos instantes medito sobre si decirle que lo que está usando no es el outfit adecuado para esta clase de salida. Es un pequeño dilema moral. Por un lado, si le digo que su ropa no es exactamente apropiada, sería una perra ya que cada quien es libre de usar lo que le plazca. Por otro, si no se lo digo, podría atraer la clase de comentarios y cuchilleos que sé que a ella le aterran. ¿Cuál de ambas opciones me convertiría en una buena amiga en esta situación?
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En pocas palabras
Teen FictionWest High es, para Bailey Monroe, el epicentro de su vida social: forma parte del equipo de animadoras, se codea con las personas más populares de la escuela y es el alma de toda fiesta en Brighton. Sin embargo, cuando todo parece marchar bien, surg...