La excitación que produce la final del campeonato es algo generalizado. Hay afiches y gigantografías del dream team circulando en los cuatro institutos. Confieso que resulta un poco insultante que no haya de las animadoras o del equipo femenino de baloncesto, pero espero que eventualmente eso cambie.
Si bien esto es algo informal, importa más que el resultado real. Es emocionante que los alumnos prioricen la alianza East-West y North-South por encima del verdadero campeón. Me encanta.
—Detesto esto —se queja China, parándose junto a mí—. Es de lo único que se habla. Aburren.
—No seas aguafiestas, Chi. ¡Es el espíritu deportivo! ¡Dos escuelas unidas por un objetivo en común!
—Sí, hacer el ridículo. Por Dios, hay cosas más importantes.
Decido omitir su falta de entusiasmo. A veces me exaspera que todo lo que sale de su boca sea malo —en lo que respecta a lo que me hace feliz—, pero entiendo que es su forma de ser. Decido no darle muchas vueltas.
—¿Irás a verme animar esta noche? —pregunto.
—Estaré ahí. Chase también va a jugar, y mi familia quiere apoyarlo.
—Genial, nos veremos en East High para el partido final entonces.
El resto de la mañana, los profesores intentan en vano obtener nuestra atención. Mis amigos y yo sólo hablamos del evento, pasando de las amenazas de enviarnos a detención. De hecho, si lo hicieran, hasta me pondría a parlotear con Kimmy del asunto.
Desde el problema con Rayder, ella se apartó de su grupo de amigos. Ahora está intentando ser un poco más abierta con las personas, conociéndolas antes de emitir un juicio. China podría seguir su ejemplo. Me atrevería a decir que serían buenas amigas.
—Hoy vamos a pasar la tarde con los chicos del East para repasar las jugadas —nos cuenta Archie—. Sonny se puso al mando, pero es tan bueno jugando que Ben decidió hacerle caso.
—Estoy segura de que jamás se atrevería a decírselo a la cara —bromea Angie.
—Ya cállense todos —protesta Benjamin, poniendo los ojos en blanco.
Durante el período libre, me hago una escapada rápida hacia mi taquilla. Tengo que dejar algunos libros y buscar mi uniforme de porrista para, cuando dé el timbre de salida, apresurarme al trabajo. Este es uno de esos días súper completos y ajetreados que se dan de vez en cuando.
—¿Cómo te sientes, Bai? ¿Estás emocionada? —pregunta Kimmy, llegando junto a mí.
Debido a que hoy tengo que pasar prácticamente el día entero con las animadoras, quedamos de vernos algunos minutos en estos ratos intermedios.
—¿Tú qué crees? —replico con una sonrisa— Es la noche. Nuestro equipo va a ganar. Además, confieso que me produce mucha curiosidad saber cómo será la mascota. Ya sabes, tiene que ser una mezcla de la de ambos institutos.
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En pocas palabras
Teen FictionWest High es, para Bailey Monroe, el epicentro de su vida social: forma parte del equipo de animadoras, se codea con las personas más populares de la escuela y es el alma de toda fiesta en Brighton. Sin embargo, cuando todo parece marchar bien, surg...