Capítulo 25 | Hagamos las paces

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 Con el paso de los días, la conmoción que sentimos en las cuatro escuelas respecto al joven fallecido no amaina

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 Con el paso de los días, la conmoción que sentimos en las cuatro escuelas respecto al joven fallecido no amaina. Al no encontrar culpables, por el contrario, todo se torna aún más sombrío.

 Mamá y papá están igual de preocupados que los demás. Como hay muchas preguntas y pocas respuestas, el jefe de distrito escolar opta por organizar una jornada de puertas abiertas para que los padres de todos los institutos estén al tanto de nuevas medidas de seguridad y se haga una puesta en común respecto a una nueva normativa vigente.

 El papá de Tara Axford —la capitana del equipo femenino de baloncesto de West High— se ocupará de dar un parte general de la situación. Trabaja con los agentes de policía, aunque desconozco su rubro específico. Según nos comentó ella de forma extraoficial, parece que dictaminarán un toque de queda hasta que descubran al culpable.

 Para mí que disfruto mucho de salir, será una tortura. En cualquier caso, espero que se haga justicia pronto. Hay una familia que lo merece, y un chico que necesita descansar en paz.

 —Hasta que atrapen al asesino iré a buscarte al trabajo —anuncia papá.

 En parte se agradece. Me ahorro volverme sola al anochecer, lo cual siempre resulta un poco peligroso; pero, por otro lado, sólo puede significar que hasta mis padres ceden a la histeria colectiva y estarán tras de mí durante mucho tiempo. No me gusta sentirme hostigada.

 Odiaría que se preocupen, pero sé que estaré bien. Lo más probable es que el chico del North haya sido víctima de un crimen puntual, no de un asesino potencialmente en serie.

 Sin embargo, tengo que admitir que, por más molestas que resulten las nuevas medidas de seguridad que vayan a adoptarse, me alegra que se tomen precauciones.

 En las películas siempre se actúa demasiado tarde, pero el señor Axford parece querer hacer las cosas bien. Probablemente le den la llave de la ciudad o algo así.

 Como ustedes saben, la clase de álgebra es mi gran pesadilla. El profesor siempre parece tomárselas conmigo y, además, soy un completo fracaso en esta asignatura.

 Evidentemente, divago a través de mis pensamientos. Otra cosa no puedo hacer, porque de cálculos no sé nada.

 Me pregunto cómo estará Rayder. No hablamos desde "El festival de la muerte", pues ha ignorado mis mensajes y tampoco me lo cruzo en la escuela. Con todo este asunto del asesinato estoy algo sensible, así que me gustaría charlar con él y poder hacer las paces. Además, su amigo Seth está detenido, y sea o no culpable debe sentirse mal por su colega. Quiero estar ahí para él.

 Deliberadamente saco mi teléfono y me pongo a ver memes, riendo de vez en cuando. De más está decir que el profesor me ve y se pone furioso. Me envía directo a la sala a la que quiero ir: detención.

En pocas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora