Capitulo 12

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Ya ha pasado otro mes.

Matías y yo hemos comenzado adaptarnos a la rutina de cada uno. Él se levanta todas las mañana a las siete de la mañana para ir a trabajar. Siempre me deja el desayuno listo. Yo me levanto todos los días a las nueve de la mañana. Desayuno, me baño y luego voy a la floristería.

Mi estómago se creció de la noche a la mañana. Un día cuando me alistaba para ir a la floristería, me topé con el espejo, y note el leve levantamiento de mi estómago. No puede evitar mirarme, aunque dije que no lo haría.

-Espera a ver cómo te crecen los senos. Y el dolor de espalda que tendrás a los cinco meses. Y los pies hinchados-

Me dice Emily, la amiga de mamá y dueña de la floristería.

Ana y Cecil habían pasado a saludar, por lo que estaban allí, escuchado aterradas lo que Emily me decía.

-Ya tienes las senos grandes- dice Ana – los míos solían ser más grandes que los tuyos- admira sus senos, y luego lo compara con los míos -¿es por toda la leche?-

-Así es- le responde Emily –la sangre se está convirtiendo en leche. El cuerpo de la mujer embarazada es todo un espectáculo. Realmente es hermoso-

Yo no podría decir que es hermoso engordar, pero prefiero quedarme callada.

-Lo único bueno del embarazo es que no tienes tu periodo por nueve meses. Los hombres no se dan cuenta lo difícil que es ser mujer. Deberían idolatrarnos. Nosotros los traemos al mundo- le digo a Emily y las chicas.

-Linda, Dios los hizo insensibles. Sin embargo debemos hacerles creer que son ellos quienes llevan la rienda en la relación, para que hagan lo que nosotras queremos, y sin que se den cuenta nosotros los manipulados a ellos-

Ana, Cecil y Emily ríen en complicidad.

-¿Funciona?- pregunta Ana.

-He estado casada por veinte años. Se lo que te digo- le asegura Emily.

Terminamos de arreglar las flores que ordenaron para una boda y las colocamos en la bodega.

-Y entre tú y este chico, ¿no ha surgido nada?- pregunta Emily con curiosidad.

Al final tuve que contarle a Emily la verdad. Más bien ella se dio cuenta que este no era un embarazo deseado, al ver mi indiferencia hacia el bebé.

Ana y Cecil me mira con interés, y esperan por mi respuesta, impacientes. Ya vieron a Matías, y ellas dos creen que los dos hacemos una pareja sensual, porque los dos somos altos, esbeltos y elegantes. Sus palabras, no las mías.

-No Emily- Ana y Cecil suspiran con pesar -Él y yo sólo estamos juntos por el bebé. Después de esto no habrá nada que nos ate. No quiero estar con alguien sólo por compromiso-

-El chico se preocupa por ti Josie. Te llama para saber si estás bien, te viene a traer cuando sale temprano del trabajo. Créeme, no cualquier chico hace eso-

-Es eso cierto- dice Cecil.

-Lo hace por el bebé- digo sin interés -Matías es un tipo educado, y se siente culpable por dejarme embarazada-

Emily suspira con pesar, y comienza a limpiar los estantes de la bodega.

-Eres dura como roca Josie-

Sé que Matías se ha portado como un caballero. Mantiene llena la nevera para mí, a pesar que yo le he dicho que no lo haga. Me prepara el desayuno y la cena, todos los días. Siempre que tengo antojos va y me los compra. Y siempre me llevaba a la cama cuando me quedo dormida en el sillón.

El verde de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora