Había decido comenzar hacer un álbum para el bebé, en compensación por lo mal que me había comportado en los primeros meses.
Como no sabía si sería niño o niña había decorado el álbum en tonos neutrales. Celeste y verde pastel. Había escrito pequeño letreros acerca de cosas como sus primeros pasos, su primer cumpleaños, su primera bicicleta, entre otras cosas.
Ahora cada noche me dirigía a el bebé. Preferiría hacerlo sola, por lo que me iba al balcón y le hablaba de mi día. Matías también le hablaba, y muchas veces me tragaba el nudo que se formaba en mi garganta cuando decía cosas que me podían llegar hacer llorar.
Matías sería un gran padre en un futuro, de eso estaba segura.
Había comprado una cámara de fotos instantáneas en una tienda de segunda mano. La necesitaba para tomar fotos de mi barriga en cada mes. Ya había perdido los primeros tres meses. Pero no me sentía tan mal, ya que durante esos meses mi vientre se mantuvo intacto.
Salgo del cuarto y encuentro a Matías dándole de comer a Omega.
-Matías- el levanta la vista y me sonríe -¿puedes ayudarme con algo?-
-Claro ¿Qué necesitas?-
-Puedes tomarme una foto. De la barriga. Quiero ponerla en el álbum que le estoy haciendo al bebé-
Matías se levanta del suelo, y sacude sus manos en el pantalón.
-Sí, está bien-
Le entregó la cámara y busco un lugar con suficiente luz para que salga bien.
-¿Puedes enfocar y decirme si hay suficiente luz?-
Él pone su ojo en el lente de la cámara, y me indica que si hay suficiente, elevando su pulgar en aprobación.
-Bien. Tómala del cuello para abajo, quiero darla la ilusión que es de su madre-
Me he puesto los pantalones más holgados que tengo y una camiseta blanca. Me levanto levemente la camisa, para que se pueda ver la barriga. Noto a Matías distraerse con mi estómago desnudo por un momento, es la primera vez que lo ve.
-¿Listo?- pregunto cuando no escucho el clic de la cámara.
Hay un par de clics repetidos, y luego Matías quita el lente de la cámara de su ojo.
-Si- me entrega la cámara -Voy a preparar la cena- sonríe, y se da la vuelta.
-Matías- se volteó y me mira -¿Quieres...tocar la barriga?-
Matías niega con una sonrisa en su rostro.
-No yo...no- sus ojos no miente, y sé que lo está deseando.
Sin hacerle caso, me acerco a él y tomo su mano colocándola en mi vientre desnudo. Matías me mira sorprendido. Solo abre su boca, pero no dice palabras.
-Es raro. La consistencia. Aún me cuesta creer lo mucho que se ha expandido- busco la cicatriz de cuando me quitaron el apéndice -mira esta marca, solía ser pequeña, ahora parece como la marca del zorro- él ríe.
Noto esa mirada melancólica en sus ojos. Me encantaría deshacerme de ella para siempre. Siempre siento ganas de consolarlo y abrazarlo tan fuerte, hasta borrar por completo ese dolor que lo mortifica.
-Gracias- quita su mano de mi vientre y se aleja.
Veo la foto que me ha tomado. Por un momento pienso en quedármela como recuerdo. Pero luego desechó la idea. Jure no tener ningún recuerdo de estos nueve meses.
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El verde de tus ojos
RomanceJosie Lisboa nunca se imagino que su vida daría un giro de trecientos sesenta grados, la noche en la que decidió pasarse de copas con sus amigas. Al día siguiente, despierta completamente desnuda en los brazos de un desconocido. Josie deja atrás ese...