La mujer de servicios sociales, me remite a un ginecólogo, para que comienzo el monitoreo del bebé. Lo bueno de todo esto es que la cuenta del hospital correrá por parte del centro de adopción. Lo malo es, que si quiero gozar de este servicio, tengo que venir a los controles mensuales, sin faltar un día, y solo son permitidos los hospitales de la ciudad. Por lo que se me dificultaría viajar desde el campo, a la ciudad. Es algo en lo que tengo que pensar.
-Dos meses- me indica la doctora. Mira aquí- hasta ahora no había querido mirar a la pantalla, no quería aborrecer a ese pequeño ser –se está comenzado a formar, quizá no logres mirarlo aún, pero él bebé está allí- asiento, y regreso mi mirada al frente.
-Necesito que llenes unos formularios- me dice la doctora –para que puedas estar dentro del programa que el servicio de adopción te ofrece. Y llévale este registro a la recepcionista- me entrega un folder con los apuntes del bebé.
-Bien, gracias por todo, doctora- me levanto de la camilla, y limpio el gel helado que me pusieron para la ecografía.
-¿Puedo hacerle una pregunta?- la doctora me mira -¿Puedo regresar a mi talla original?-
La doctora sonríe con simpatía, y eleve una ceja.
-Uno bebé no solo te cambia la vida Josie, también deja huellas- sonríe de nuevo, y regresa a la pantalla de su computadora.
Salgo de la sala, sintiendo fastidio con la doctora. Porque no simplemente me mintió, y me dijo que si era posible. Por lo menos viviría con la ilusión hasta que el bebé naciera.
Voy a la recepción, y le indico a la enfermera que tengo que llenar unos formularios.
-Si señorita, le hare un registro y le hare saber la fecha de su siguiente cita- asiento.
Estoy esperando por lo papeles, cuando alguien se coloca junto a mí, y es atendido por la otra enfermera que está en recepción.
-¿Es usted el padre del bebé?- le pregunta la enfermera al tipo.
-No, yo soy su compañero de trabajo. El padre vendrá pronto-
Al escuchar esa voz, mi cuerpo entero se pone frio de nuevo, igual al momento en el que me entere que estaba embaraza.
No tengo que mirarlo directo en la cara para saber que es Lucas, el tipo de los ojos verdes, el maldito tipo que me embarazo.
Estoy a punto de marcharme y pasar desapercibida, cuando la enfermera que me está atendiendo me entrega mi registro.
-Aquí está su cartilla señorita, y en este folder van las fotos de la ecografía de los dos meses, y el día de su siguiente cita-
Me quedo muda cuando noto que Lucas, mira a mi lado y se da cuenta que soy la mujer a la cual se cogió hace dos meses, exactamente el tiempo que tiene este bebé en mi vientre.
-Bien- digo sin más, tomando los papeles de la mano de la enfermera, dándome la vuelta para largarme lo más rápido de aquí.
-Señorita- me llama la enfermera a mis espaldas –necesita firmar-
Él me está mirando, él me está mirando tan fijamente, que podría ver a través de las ventanas de mis ojos.
Tomo un respiro, y regreso a firmar mi registro.
Estoy a punto de darme la vuelta, y fingir que no lo vi, pero él me habla, consiente de quien soy.
-¿Podemos hablar?- pregunta con su voz aterciopelada.
No me doy la vuelta, solo asiento, y sigo caminado recto.
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El verde de tus ojos
RomanceJosie Lisboa nunca se imagino que su vida daría un giro de trecientos sesenta grados, la noche en la que decidió pasarse de copas con sus amigas. Al día siguiente, despierta completamente desnuda en los brazos de un desconocido. Josie deja atrás ese...