Capitulo 21

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Es casi día de navidad, y he decidido pasarlo con mamá. Hace ya cuatro años que no paso con ella, ya que siempre estaba ocupada con los ensayos del recital de invierno. Lo que prefiero no pensar ya que me pongo triste al saber que este año no estaré presente.

Estaba en el cuarto arreglando mi ropa para mi estadía con mamá. Hubiera deseado tener una capa de invisibilidad, como la de Harry Potter y llegar sin ser vista a mi hogar. Era un barrio de chismosas que siempre fisgoneaban en las ventanas de sus casas.

-Hola Josie-

Veo hacia la puerta y me encuentro con Matías sosteniendo una cubeta de helado de fresa. Mi preferido.

-Hola Matías-

Luego de que Matías estuviera enfermo, las cosas mejoraron entre nosotros. Aunque todavía no había dejado que regresara a la cama junto a mí. Por más solitaria que la sintiera.

-Traje helado de fresa, ¿quieres un poco?-

-Claro, gracias-

Termino de arreglar mi maleta y salgo a la cocina junto a Matías.

-¿Cuándo te iras?- me pregunta Matías.

-Mañana. Necesito ayudar a mamá hacer la cena-

Me sirve una copa con helado, luego él se sirve una y se sienta a mi lado.

-¿Tú qué piensas hacer el día de navidad?-

Sabía que Matías no visitaba a su familia, y sus amigos vivían al otro lado del país. Pero era posible que tuviera amigos aquí en la ciudad. Por lo menos la chica del teléfono.

-Aún no lo sé-

Su mirada melancólica había regresado. Pero pude notar que se puso más melancólica cuando hablo.

-Si no tienes planes- esperaba no arrepentirme luego -puedes venir conmigo-

Me mira sorprendido. Baja la cuchara de helado que se iba a meter a la boca.

-Solo si quieres- le digo cuando se tarda en darme una respuesta.

-Claro- dice rápidamente -me encantaría. Gracias Josie- sonríe contento.

Haría cualquier cosa por verlo sonreír más seguido.

-Debo advertirte. Mamá es algo peculiar-

Era más que peculiar. Podía hablar por horas, le encantaban los chismes, era demasiado picara, era creyente de la astrología y el horóscopo, y le gustaba aparentar menos edad, por lo que se vestía con ropa juvenil.

De verdad esperaba no estar cometiendo un error al invitarlo.

Al día siguiente salimos muy temprano para evitar encontrar tráfico.

Me gustaba hacer las compras de la comida de la navidad, y a mamá nunca le gusto ir al supermercado, por lo que yo me hacía cargo de todo.

Este año no haría el típico pastel de cardenales. Tenía grandes antojos de un pastel de nueces, por lo que había buscado una receta en internet.

Matías me menciono en una ocasión que era su postre preferido, por lo que deduje que mis antojos de pastel de nueces, se debían a los gustos de Matías, implementados en el bebé.

-Mis vecinos son unos chismosos. Si no tienen chismes de los que hablar, se los inventan- Matías sonríe divertido.

Le habla a Matías de mi vecindario. Las señoras que viven allí tienen años de habitar ese lugar, y sus hijos también. La mayoría de las personas con las que yo fui a la escuela aún siguen viviendo con sus padres, según lo que me cuenta mamá. Yo estoy agradecida de haber podido salir de eso lugar lleno de chismosos.

El verde de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora