Cicatrices

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Los ojos de Lisa se abrían lentamente entre pequeños parpadeos, su mirada se mantenía borrosa impidiéndole ver con claridad. Se podían escuchar leves murmullos en la habitación pero Lisa se sentía tan adormilada que no lograba comprender de dónde provenían esas voces que hacían eco en su cabeza al igual de la música de fondo. Su mirada se mantenía en busca de respuestas pero lo único que veía eran figuras borrosas.

-Despertaste.-se escuchó una grave voz

La pelinegra alzó su mirada intentando aclarar su vista lo cual se le hizo imposible, pero pudo percibir la figura del hombre que se acercaba a ella. Su cuerpo se tensó al sentir como sus manos y pies se encontraban atados impidiéndole moverse de la silla en la que estaba sentada; Su boca estaba firmemente cubierta por cinta adhesiva y parte de su rostro estaba manchado por una línea de sangre.

-Hace tiempo no te veía.-dijo el hombre sentandose en el elegante sofá de cuero negro que se encontraba al frente de esta

Lisa fue despertando poco a poco con un gran dolor de cabeza que la invadía, sus ojos finalmente enfocaron a la persona que tenía en frente.

-¿No te alegra verme?-preguntó el señor Shin alzando sus cejas y Lisa tragó saliva sin quitar su ahora nerviosa mirada de él.

La pelinegra se sentía muy confundida y nerviosa al ver al padre de Yuna, no podía ni siquiera reconocer el lugar en el que se encontraban pero se veía extremadamente lujoso.

-Oh, por cierto. Bienvenida a mi casino, este es otro de mis exitosos negocios. En otra ocasión podrías pasar a divertirte, pero ahora tienes que pagar por lo que hiciste.-dijo seriamente y después soltó una carcajada

-Te noto un poco tensa....¿Quieres tomar algo? pide lo que quieras, la casa invita.-dijo el señor Shin sirviéndose Whisky en un vaso de cristal a la atenta mirada de la pelinegra

-Me dijeron que intentaste ahorcar a uno de mis hombres con un cinturón, tengo que aceptar que estoy impresionado; Pensé que eras una debilucha.-confesó el mayor dejando la botella de Whisky en una mesa a su lado mientras sostenía en su otra mano el vaso ahora lleno de alcohol.

Este acercó el vaso a sus labios y le dio un gran sorbo a la vez que cruzaba sus piernas relajadamente.

-Está realmente bueno, es mi Whisky favorito.-dijo saboreando el alcohol a la vez que dejaba el vaso en la mesa a su lado sin quitar su intensa mirada de la pelinegra

-¿Sabes? desde un principio sabía que solo ibas a traer problemas, así que no me sorprende que le hayas roto el corazón a mi hija.-confesó levantándose del sofá para caminar hacia su escritorio, Lisa solo lo veía con sus ojos llenos de miedo.

-Yuna es mi bebé, mi única hija, no sabes cuanto la amo y todo lo que haría por ella, por mi linda princesa, la luz de mis ojos.-dijo el señor Shin tomando un arma del escritorio y sacando un pañuelo para limpiarla.

-Dime Lisa, ¿Alguna vez has disparado un arma?-preguntó el señor Shin acercándose a esta a la vez que limpiaba el arma en sus manos

-¿No?-preguntó el señor Shin al ver como esta negaba levemente

-Es un procedimiento muy fácil, solo quitas el seguro, aprietas el gatillo y....-dijo apuntándole a la cabeza mientras hacía lo que mencionaba y Lisa abrió sus ojos viendo como este se preparaba para dispararle.

-¡Pum!-gritó el señor Shin cuando apretó el gatillo

Lisa cerró los ojos con fuerza y el señor Shin soltó una gran carcajada al ver lo asustada que estaba.

-Antes de apretar el gatillo, debes revisar si el arma está cargada. Una bala puede quitar una vida, así de fácil y rápido.-dijo sacando una bala de su bolsillo para después cargar el arma con esta.

Teacher / JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora