Capítulo II.

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*Juan*

Desperté desorientado levantándome de sobresalto debido a que había amanecido en una lujosa pero un tanto oscura habitación, sobre una pequeña mesita de noche encontré una carta, tomé el trozo de papel y empecé a leerlo.

~Juan espero sea de tu agrado tu nueva casa, así mismo como tu nueva vida. Te he dado un don muy especial debido a la larga duración de tiempo en la que se extiende tu nueva jornada, La inmortalidad terrenal es algo magnifico; pero que no te pueda matar el tiempo no quiere decir que no te pueda matar el hombre, debes ser muy cuidadoso y precavido; por cierto, tu fortuna será ilimitada siempre y cuando tu cumplas con tu palabra de asesinar a todos los Jones con excepción del pequeño “Sebastián” claro

Att: tu nuevo compadre Lucifer.~

Me quede paralizado al leer el papel, frote mi rostro con fuerza para comprobar que no estaba dormido aun y que estaba leyendo bien, pero ¿cómo? Apenas anoche me quede dormido en medio de la nada, la cabaña, mi hijo, mi esposa. ¿A caso el hombre aciano con el que hable? Mi mente se hiso nudos en ese momento y no terminaba de creer lo ocurrido, pero si esto es cierto, se muy bien lo que tengo que hacer, vengare a mi esposa y mi hijo cueste lo que cueste.

Recorrí aquella casa, y me di cuenta que no era una simple casa, era un palacio. Tenia todos los lujos y comodidades que alguien podía querer en esta vida, baje unas escaleras que me llevaban a una habitación subterránea, era la última habitación del lugar para revisar, al parecer eran una especie de calabozo con muchas celdas, al final del largo corredor había un espejo enorme; y era el único que había visto en todo el lugar, me acerque y me sorprendí mucho al ver que no se proyectaba mi reflejo, a un lado del espejo había una inscripción

-öffne die Tür und enthülle den Schatz- leí en voz alta, era un idioma raro que no reconocí, pero de la nada el espejo empezó a moverse abriendo un pasaje donde se encontraban grandes cantidades de oro, diamantes, esmeraldas, rubies y otros tipos de piedras preciosas las cuales debían valer una fortuna. Del fondo de la habitación emergió una sombre que luego tomo forma humana.

-¡Juan!- hablo alegre aquel hombre con el que había hablado anoche.

-¿Qué es todo esto? Pregunte extrañado.

-¡Hum! Creí que todo había sido explicado muy bien en la carta que deje anoche- lo mire extrañado y al parecer él se percató -Veras anoche hiciste un pacto conmigo. Por cierto te dormiste temprano así que me tome la libertad de tomar algo de tu sangre para consolidar el contrato, tu alma ahora es de mi pertenencia así como la de todos los Jones, a cambio te concedí la inmortalidad; eres un vampiro en pocas palabras, como todos tú tienes una habilidad especial si mas no recuerdo puedes moverte de un lugar a otro usando las sombras algo así como la teletransportación, también te hice millonario y te di el permiso de salvar al recién nacido de los Jones, le darás tu apellido y con una mordida tuya el también será vampiro, como tú, solo asegúrate que ya tenga una edad adecuada 19 seria una buena edad, si lo haces antes podría no resistir tu veneno- explico caminando de un lado a otro.

Iba a preguntar como es que mi alma le pertenecía si se supone que no podía morir, pero me vi interrumpido por su risa y como si hubiese leído mi mente empezó a explicármelo.

-Pensé que lo entenderías, pero bueno como veras el tiempo no puede matarte ya que no envejeces sin embargo eso no quiere decir que no puedan asesinarte. ¿Ahora entiendes?- pregunto, solo asentí -bien- comento satisfecho.

-Ahora, no perdamos más tiempo quiero que empieces a cumplir tu parte del trato cuanto antes- dijo dándome la espalda.

-Prometo que no le fallare- asegure.

-Bien, ¡oh! y Juan llámame Lucifer ese es mi nombre- informo antes de desaparecer nuevamente.

Salí de la habitación y el espejo volvió a tapar aquella área de la casa, cruce los calabozos y subí escaleras arriba tan rápido como pude, y es que en realidad lo hice super rapido. Si bien todo esto era cierto debía acostumbrarme a mis habilidades antes de ir por mi primer presa ¿no creen?.

 Si bien todo esto era cierto debía acostumbrarme a mis habilidades antes de ir por mi primer presa ¿no creen?

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