Frace: "Aún así pasaran cien días, cien años o incluso cien siglos, seguiré amándote como el primer día en el que te vo". -Anonimo.
*Abigail*El día fue bueno, o al menos para mí lo fue, Sebastián había sido castigado dos veces y al pobre se le reventaba el hígado de celos cada vez que André me dirigía la palabra; en fin, era hora de volver a casa, la caminata por la solitaria calle hasta mi casa solía ser relajante e incluso terapéutica ya que me ayudaba a ordenar mejor mis pensamientos,
Cuando llegue a casa había un auto más aparte del de mi madre y el de mi padre aparcado afuera, se me hiso extraño ya que no acostumbramos recibir visitas. A menos que...
Abrí la puerta y ¡Oh sorpresa! Era el abuelo.
-¿Dónde está mi nieta favorita?- hablo mi abuelo desde la sala de estar.
-¡Abuelo!- grite emocionada, podrá estar anciano, pero es el anciano más cool que conozco -Soy tu única nieta ¿sabes?- le corregí dándole un fuerte abrace.
-¿Cuánto tiempo te quedaras?- pregunte.
-Solo dos semanas nena, este viejo tiene trabajo que hacer antes de morir- dijo divertido.
Y, es que él era así completamente divertido, tanto que incluso la muerte le hacía gracia. En eso papá bajo por las escaleras hablando algo con mi señora madre.
-Bien papá tus maletas están en el cuarto de huéspedes, Abi cariño porque no llevas a tu abuelo a su recamara ha sido un viaje largo y agotador de seguro quiere descansar un poco- sugirió mi padre.
-Tonerías, aun aguanto eso y más, mejor vamos a recorrer el pueblo tengo curiosidad por su gastronomía- comento ansioso.
-Bien, te llevare al parque y puedes conocer a mis nuevos amigos te van a agradar y luego podemos comer algo delicioso en los portales- sugerí.
-Hey, hey, hey, momento vaquera, los quiero aquí antes de la cena a ambos, entendido- dictamino mi madre; solo asentimos y salimos tan rápido como pudimos de la casa.
-Oye, ¿el auto que estaba ahí cuando entre no era tuyo?- pregunte señalando el lugar donde había estado dicho auto el cual ya no estaba.
-Por supuesto que no, hija yo sé que aun puedo hacer muchas cosas, pero en ellas no va incluidas manejar, los idiotas policías de tránsito dudan de mi capacidad- dijo guiñando un ojo.
Me reí de su broma y de echo eso era lo que había pasado haciendo junto a él y Jess durante dos horas, literalmente mi pobre amiga estaba a punto de arrojar los intestinos por la boca de tanto reír y yo no era la excepción.
-Oye tu abuelo es de lo mejor, esta soltero cierto- comento Jess controlando sus carcajadas.
-Si ¿Por qué?- pregunte.
-Oh por nada querida nieta- dijo graciosa con voz de anciana -Y dígame señor ¿no esta interesado en ser un suggar daddy?- a esto reaccione.
-Oye que te pasa deja de estarle coqueteando, a la única que le da dinero es a mi- advertí mirándolos para luego soltarme en risas.
-Oh disculpe señorita entonces le hago la propuesta a usted- canturreo Jess.
-Olvídalo no caeré en ese juego lésbico, podrás estar buenota, pero jamás me aras dudar de mi orientación sexual- comente asiéndome la orgullosa.
-Si claro con tremenda competencia jamás te aria dudar de eso- comento asiéndose la derrotada.
-Sabes que, ya supéralo- dije finalmente.
Después de eso fue un rato más de diversión hasta que anocheció y las calles se iluminaron con el brillo resplandeciente de los faroles que decoraban las aceras, regresamos a casa y todo fue paz y tranquilidad durante una semana, ¿una? ¿Por qué una? Buena pregunta, pues como se darán cuenta hay un campamento de fin de mes y no pensaba perdérmelo por nada del mundo además no era como que no fuese a ver al abuelo nunca más ¿no?
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Maldito Amor
VampireEl debia matarla como a toda su descendencia, no enamorarse de ella. He aquí una increíble historia de vampiros, venganza, amor y más