Capitulo XII.
*Sebastián*
No podía esperar para llegar a la escuela y ver a mi mocosa una vez más, no la verdad era que no podía esperar a que mi mocosa llegara a la escuela para poder verla, cada segundo se convertía en horas para mí, incluso sus amigos habían llegado ya; después de un rato (15 segundos exactos) Abi llego. Entro, dijo buenos días a sus amigos y me miro, me miró fijamente como si buscara una especie de permiso o invitación para acercarse; le sonreí, enserio le sonreí y era la primera vez que lo hacía frente a tanta gente, ella se acercó a prisa se abalanzo hacia adelante pasando sus brazos por atrás de mi cuello y me beso, un beso largo de esos suabes labios era lo que me faltaba para que mi día fuese perfecto.
-Buenos días mocosa- dije dándole un beso corto en la mejilla.
Sentía encima las miradas de todos; las emociones eran claras envidia y asombro, sin embargo, a mí solo me importaban las emociones de una persona, la chica frente a mi aquella que sentía con la misma intensidad que yo, esos ojos esmeraldas me miraron llenos de encanto e ilusión.
-Buenos días odioso vampiro- susurro en mi oído, lo cual me hiso sonreír más -Oye ¿habrá un día en el que dejes de llamarme mocosa?- pregunto.
-Déjame ver- me lo pensé un segundo -No la verdad no, me gusta llamarte así- respondí divertido.
Se molesto un poco y sentí una palmada en el hombro, sonreí y me acerqué a su oído -Te amo, eres mi mocosa ¿lo sabes no?- susurre.-Yo también te amo idiota- respondió más relajada.
-Ven siéntate conmigo- ofrecí.
Ella paso por delante y tomo asiento seguí sus pasos y me senté a su lado, las clases de matemáticas me aburrían así que no les prestaba mucha atención y Abigail por más concentrada que pareciera por dentro estaba muriendo de aburrimiento.
-Sabes la Teoría de Pitágoras es muy aburrida además de que en cinco siglos desde su creación nunca he tenido que usarla- comente.
-¿A si?- pregunto; solo asentí, la maestra salió del salón y ella se giró hacia mí -Pues mas vale que pongas atención porque aunque sea la cosa mas aburrida del mundo nos servirá mucho, créeme la innovación lo requiere - explico depositándome un beso corto en la mejilla.
La maestra entro nuevamente en el salón y junto a ella otro chico rubio, de piel blanca, ojiazul.
-Jóvenes él es André será su nuevo compañero, por favor tratarlo con respeto- explico la maestra -señorita Abigail podría ir a llamar a su maestro guía por favor- ordeno.
Abigail salió del salón un momento, pasando al lado del chico nuevo el cual la inspecciono de arriba a abajo con la mirada, tense mi mandíbula cuando me percate de sus emociones, el idiota apenas la había visto y ya se la quería follar; mierda como odio los celos y como odio al nuevo individuo.
-Oye, tranquilo los celos no son buenos consejeros- la vos de una chica me saco de mis pensamientos, al parecer era evidente que estaba reventando por dentro -Me llamo Emily- se presentó.
Emily no era mal partido, era morena, cabello negro, ojos cafés y tenía un buen físico, pero nunca podría compararse a Abigail.-Sabes no se como alguien como tu se fijo en alguien tan…- se lo pensó un rato -bueno tan torpe y distraída- Y con eso basto para que no me agradara.
-Disculpa… Emily, pero te pediré que no vuelvas a hablar así de mi novia en tu vida- ordene serio.
-Esta bien yo solo decía, bueno cuando te aburras de tu novia siempre puedes buscarme- ofreció pasando a un lado de Abigail la cual regresaba con una cara de pocos amigos.
*Abigail*
Es impresionante me voy un minuto y estas gárgolas ya están rondando a mi novio, y si se lo preguntan; si, estoy muriendo de celos, camine asta Sebastián empujando a la puta esa con mi hombro para sacarla de mi camino.
-¿Se puede saber que tanto hablabas con esa zorra?- pregunte furiosa.
-¿Por qué, acaso estas celosa?- evadió mi pregunta con otra pregunta.
-NO, fíjate que estoy pintando arcoíris en mi mente, obvio que estoy celosa imbécil- aclare.
-Pues no deberías, sabes que solo te quiero a ti y para tu información te defendía- confeso sonriente -¿sabes? Deberías tener más confianza en mí- sugirió.
-Hay es que en ti si confió, es en esas zorras en las que no puedo confiar- aclare.
-Ya siéntate- sugirió tomándome de la cadera sentándome en su regazo -te amo mocosa-
-Sebastián se supone que estamos en clase podrían castigarnos- hable, pero el chasqueo sus dientes haciéndome callar.
-Te preocupas demasiado, el timbre de receso sonó hace unos segundos- y al parecer era cierto ya que todos estaban saliendo del salón.
Segundos mas tarde sentí la dureza de su entrepierna conta mi pierna, intente decir algo, pero mejor calle, el poso su hermoso rostro en mi hombro y me hablo al oído.
-Eres la única por la que me pongo así, dime ¿te gusta ponerme así de duro verdad?- pregunto jugando con el lóbulo de mi oreja.
-Tal vez- hable soltando una risita picara.
-Y me dejaras así sin más, ¿permitirás que sufra de esta manera?- pregunto.
Me lo pensé unos segundos -La verdad si, pienso castigarte para que aprendas a no andar hablando con zorras sin mi permiso- confese.
-Oh Abi, te arrepentirás de este castigo- dijo, solo sonreí y me levanté caminando en dirección de Jess y Harry los cuales me esperaban afuera.
Al primero que vi fue a Harry con cara de “bien sin necesidad de palabras o curiosidad descubrí con quien lo hiciste” y luego con Jess la cual me dio una mirada de “amiga te lo dije tu y el terminarían juntos” exhalé ruidosamente.
-Si si, lo se dije que lo odiaba, pero en mi defensa esta guapo y la tiene grande- dije defendiendo mi honor.
-Amiga no tienes que dar detalles- hablo Harry, el cual recibió un golpe de parte de Jess para que se callara.
-No hables por todos yo si quiero los detalles- dijo mi amiga ansiosa por que le contara todo.
-Alguna vez les he dicho que no entiendo como tú y Harry son amigos siendo tan opuestos- comente seria.
-Amiga los polos opuestos se atraen- explico Harry.
-Y no tienes idea- comento Jess sonriendo pícaramente.
Ok modo detective activado, misión: descubrir que esta pasando entre estos dos, ¿por qué? Buena pregunta, porque con ese cometario me dejaron con cara de WTF y mas de mil cosas retorcidas y locas cruzaron en mi mente y a mí nadie me deja así.
-Bien, ya deja de sacar conclusiones locas- Jess me saco de mis pensamientos me tomo del brazo y caminamos hacia el cafetín.
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Maldito Amor
VampiroEl debia matarla como a toda su descendencia, no enamorarse de ella. He aquí una increíble historia de vampiros, venganza, amor y más